El Gobierno avisa a los directores de colegios del riesgo legal de facilitar el 1-O
La Generalitat pide a los responsables de los centros que depositen las llaves de la instalación en los servicios territoriales el día 30
21 septiembre, 2017 23:19Continúa el juego del gato y el ratón entre la Generalitat y el Gobierno para, la primera, tratar de organizar el referéndum secesionista ilegal anunciado para el 1 de octubre, y el segundo, intentar impedirlo.
El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, enviará este viernes una carta a todos los directores de los colegios e institutos públicos de Cataluña en la que se les recuerda las consecuencias jurídicas en las que pueden incurrir por poner a disposición del referéndum independentista ilegal del 1-O los centros de los que son responsables.
Estratagema para burlar la ley
Esta comunicación responde a una serie de movimientos desde la Generalitat que ha detectado el Gobierno. Y es que, según ha podido saber Crónica Global, en las últimas horas responsables territoriales del departamento de Enseñanza de la Generalitat están llamando por teléfono a los directores de los colegios e institutos designados como colegios electorales para que el día 30 de este mes --es decir, la jornada anterior al 1-O-- depositen las llaves de los centros en las sedes de los servicios territoriales de Enseñanza. Probablemente para que voluntarios se hagan cargo de ellos.
El objetivo de la maniobra es doble: por una parte, los contactos se están realizado por la vía telefónica para intentar no dejar ningún rastro de la operación; y por otra, el Govern pretende exonerar de cualquier responsabilidad penal a los directores de los centros escolares, que son funcionarios.
El precedente del 9N
Cabe recordar que para la celebración de la consulta independentista del 9N de 2014 --técnicamente, proceso participativo, e igualmente declarado ilegal por los tribunales-- los responsables de Enseñanza de la Generalitat evitaron emitir órdenes por escrito a los directores de los colegios para que cedieran los centros, y todo se hizo también por vía oral.
En aquella ocasión, solo una responsable de un centro se negó a abrirlo, Dolores Agenjo, directora de un instituto de L'Hospitalet de Llobregat, que finalmente no acogió urnas para la consulta secesionista.