El empresariado catalán se mira en el espejo vasco
La presión de los empresarios de Euskadi forzó el pacto entre PNV y el Gobierno, lo que ha redundado en inversiones y una reducción de las tarifas eléctricas que reclaman las patronales catalanas
21 junio, 2017 00:00“¿Por qué no negocian inversiones como ha hecho el PNV en lugar del referéndum?”. Esta es la pregunta que los empresarios lanzaron el lunes durante el almuerzo organizado por la Cámara de Comercio de Barcelona a la que el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, asistió como invitado. La reacción del republicano fue echar balones fuera y hablar de física cuántica. Posiblemente no pudiera hacer otra cosa porque ni él ni el presidente, Carles Puigdemont, han sido capaces de dar respuesta a las demandas de un sector empresarial enemigo del independentismo unilateral que hipoteca la acción del Gobierno catalán.
Dicho de otra manera, la pregunta de los empresarios estaba cargada de reproche. Y también de envidia ante sus homólogos vascos, pues fueron ellos los principales artífices de un pacto presupuestario entre el Gobierno del PP y el PNV que les ha proporcionado una rebaja del Cupo, inversiones en plataformas logísticas y una reducción de las tarifas eléctricas.
Los estertores del 'procés'
“Fueron los empresarios vascos quienes presionaron a los nacionalistas para que pactaran con el Gobierno. No todo fue mérito del PNV. Querían evitar que Podemos se saliera con la suya y exigían nuevos presupuestos”, explican a Crónica Global fuentes próximas a la Moncloa. El proceso independentista, añaden, está dando sus últimos estertores y eso se traduce en discursos aguerridos y mucha agitación por parte de Puigdemont y Junqueras que impiden el diálogo. “Pero cuando se produzca el choque de trenes, habrá que gestionar el posprocés. Y entonces habrá que negociar”, precisan.
De hecho, cinco asociaciones de empresarios catalanas han reclamado que esas rebajas en las tarifas eléctricas se apliquen también en Cataluña. Foment del Treball, Cámara de Comercio y Círculo de Economía lo hicieron invocando la vía de la negociación, mientras que tres agrupaciones soberanistas –CECOT, FEM y FOEG— lo hicieron hablando de “penalización” de las empresas catalanas. O lo que es lo mismo, de agravio comparativo. El propio consejero de Economía, Jordi Baiget, envió una carta al ministro de Energía, Álvaro Nadal, en la que se instaba a poner fin a una “discriminación geográfica”.
El nuevo interlocutor del Gobierno
El Gobierno español ya advirtió hace meses de que ya no tenía como interlocutor a una Generalitat entregada al separatismo, sino a la sociedad civil catalana. De ahí que el desembarco de ministros y altos cargos del Ejecutivo de Mariano Rajoy haya ido acompañado de contactos con representantes de instituciones catalanas y líderes empresariales. No obstante, la posible pinza entre empresarios catalanes y el PP no se ha visualizado todavía, a la espera de poder pasar página del proceso independentista, previa colisión de trenes sin excesivos traumas.