El ministro de Administración Pública, Transportes y Telecomunicaciones de Andorra, Jordi Alcobé, ha anunciado este sábado al mediodía su dimisión en una rueda de prensa en la que ha recibido el apoyo del jefe de Gobierno, Antoni Martí, y de buena parte del Ejecutivo y altos cargos del Principado. Entre ellos, el del polémico responsable de Finanzas, Jordi Cinca.
Lo hace casi un mes después de que el caso BPA le salpicara y pusiera su cargo a disposición del Gobierno por haber retirado dinero de la entidad antes de que entraran en vigor las restricciones a la operativa de los clientes tras la intervención del banco por parte de la administración andorrana. Esta cuestión ha sido negada por el ya exministro. También ha debido hacer frente con su dimisión a haber compaginado sus actividades en el Gobierno con el ejercicio de asesor de BPA a lo largo de un año y medio, algo que, en cambio, sí ha reconocido.
Reprimenda de los compañeros de partido
Esta aceptación pública de los trabajos le propiciaron la reprimenda de sus compañeros del grupo parlamentario Demócratas por Andorra (DA). Incluso habían puesto en una situación política más complicada a Martí al tener que hacer frente a preguntas de la oposición sobre la continuidad en el cargo de Alcobé.
Con todo, el exministro ha obviado esta cuestión en su discurso de despedida. Ha culpado a “medios digitales extranjeros” y los ha señalado incluso como los responsables de “poner en riesgo la plaza financiera” de Andorra. La autocrítica a la actuación del propio Ejecutivo del país ha sido la gran ausente de su discurso de despedida.
¿Fin de la crisis de Gobierno?
Martí ha dejado caer a Alcobé para intentar coser las divisiones en el seno de DA. Intenta por esta vía cerrar filas en torno a su persona y a su núcleo duro, Cinca y el ministro de Exteriores, Gilabert Saboya. El propósito es evitar que prospere el amago de moción de censura de los liberales andorranos. Si regresa la paz interna en el grupo parlamentario del jefe del Ejecutivo, una iniciativa en este sentido no prosperaría.
Es el segundo cargo de Martí que el caso BPA se lleva por delante. Meritxell Mateu, llamada Princesa de Andorra por su influencia y peso político en el Principado, tuvo que dimitir al salir a la luz que también cobró del banco intervenido para ejercer de lobista sin comunicárselo a sus compañeros del DA a principios de octubre.