Deserciones en la Consejería de Exteriores catalana
La falta de presupuesto, la inacción del número dos de Romeva y el ninguneo de los líderes internacionales ha minado la moral de los altos cargos de un departamento enfrentado a Presidencia
1 julio, 2016 23:01Estaba llamada a ser una de las estructuras del nuevo Estado catalán, pero todo funciona a medio gas en la Consejería de Asuntos y Relaciones Institucionales, Exteriores y Transparencia de la Generalitat. Que el Tribunal Constitucional prohíba a este departamento utilizar su nombre original es todo un símbolo de que la diplomacia catalana es un quiero y no puedo que comienza a minar la moral de sus responsables. Varios de ellos, según ha podido saber Crónica Global, han pedido el traslado.
Este departamento de nueva creación, cuya misión es buscar complicidades internacionales para el proceso secesionista catalán, solo tiene seis meses de vida, pero sus pinchazos en materia de relaciones exteriores han sido sonoros debido a la imposibilidad de lograr contactos con líderes internacionales. Los viajes de Carles Puigdemont a Bruselas y Londres, donde no fue recibido por ningún dirigente relevante, ha provocado tensiones entre el presidente catalán y el consejero de Exteriores, Raül Romeva (propuesto por ERC), debido a las presiones de Presidencia por tener una agenda internacional más digna.
Apertura de embajadas
A este panorama se añade la falta de presupuesto --el veto de la CUP ha impedido aprobar las cuentas de la Generalitat para 2016--, que hace peligrar la apertura de nuevas “embajadas” en el exterior.
La situación, afirman fuentes conocedoras de la diplomacia catalana, comienza a ser alarmante y atribuyen el malestar a la inacción del número dos de Romeva, Aleix Villatoro, secretario general de la consejería, mientras que la dircom, Anna Molas, ha recibido duros reproches por no haber sabido afrontar las crisis mediáticas que han provocado los viajes de Puigdemont.
Molas, que asumió el cargo avalada por su trayectoria como colaboradora del alcalde de Nueva York, se ha visto obligada incluso a ocultar la agenda del consejero al resto de consejerías, que es pública, para disimular la falta de compromisos relevantes.
Nuevos destinos
Asimismo, el secretario de Asuntos Exteriores y de la Unión Europea, Jordi Soler, tampoco frecuenta demasiado el departamento debido a su condición de alcalde de Caldes de Montbuí (Barcelona) y es muy probable que, en otoño, asuma un cargo en una institución europea.
Daniel Gimeno, responsable del Área de Diplomacia Pública, ha pedido el traslado para dar apoyo al secretario general de Vicepresidencia y Economía, Josep Maria Jové, mientras que la subdirectora de Coordinación y Gestión de Programas, Pilar Pérez Ordoño, podría estar buscando también otro destino.