Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, líderes de PSOE y Podemos.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, líderes de PSOE y Podemos.

Política

Sánchez e Iglesias acercan posiciones ante la incertidumbre de unas nuevas elecciones

Un acuerdo de gobernabilidad entre PSOE, Podemos y Ciudadanos parece hoy más posible que hace unas semanas

30 marzo, 2016 22:51

Los líderes de PSOE y Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, respectivamente, han mostrado este miércoles buena sintonía. Los dos dirigentes han soslayado los reproches mutuos de los últimos meses --especialmente por parte del secretario general de la formación morada-- y han salido de la reunión que han mantenido escenificando un acercamiento de sus posiciones de cara a lograr un acuerdo de investidura y de gobierno. El tiempo se acaba, queda poco más de un mes de plazo para eludir unas nuevas elecciones, y ambos quieren evitarlas.

En las ruedas de prensa posteriores al encuentro, y pese a las diferencias que todavía les separan, Sánchez e Iglesias han mostrado un cambio de actitud que permite augurar que el acuerdo es posible. Una posibilidad que ha generado nerviosismo en las filas del PP.

Negociación en serio

Aunque hay mucho de postureo en las declaraciones de ambos líderes (ninguno quiere aparecer ante el electorado como el responsable de tener que volver a acudir a las urnas en junio), el titular que Sánchez ha trasladado a los medios no se aleja de la realidad: "Hoy estamos más cerca de un gobierno de cambio y más lejos de la repetición de las elecciones".

Iglesias, por su parte, ha tratado de vender como un sacrificio su supuesta renuncia a la vicepresidencia de un gobierno de coalición. Y se lo ha comprado la mayoría de la prensa, pero no así su interlocutor, el líder del PSOE, que ha ironizado sobre esta cuestión: "Él se propuso solo, y él se excluye solo".

El pacto con C's, intocable

Sánchez e Iglesias comparten un indisimulado deseo por echar a Rajoy y al PP del Gobierno, y por formar un Ejecutivo de izquierdas. Pero aún les separan demasiadas cosas que, de momento, hacen imposible el pacto.

Entre ellas, destaca el acuerdo del PSOE con Ciudadanos (C’s). Iglesias espera que los de Rivera simplemente se abstengan y permitan a los socialistas gobernar con Podemos. Mientras que Sánchez ha asegurado que no romperá su acuerdo con la formación naranja. "Yo soy una persona de palabra", ha subrayado.

Fórmulas imaginativas

Un gobierno tripartito PSOE-Podemos-C’s parece imposible. En eso coinciden los tres partidos. Pero Sánchez ha empezado a proponer fórmulas imaginativas que superen ese escollo.

Una de ellas pasaría por pactar las medidas comunes de los tres partidos en una mesa de negociación a tres (fundamentalmente en aspectos sociales y de regeneración democrática) que defina las líneas maestras del gobierno. Y el resto de cuestiones se irían tratando en el Congreso. "Convirtamos esa cámara en un verdadero gobierno", ha explicado el líder socialista, que ha tildado el ejecutivo resultante del acuerdo de "gobierno parlamentario".

De puntillas sobre el referéndum

Uno de los detalles que demuestra que la negociación va en serio es el hecho de que tanto Sánchez como Iglesias han pasado de puntillas por el referéndum independentista que los morados exigen celebrar en Cataluña. Ni el PSOE ni C’s están por la labor de fracturar la soberanía nacional. Los socialistas insisten en una reforma constitucional en clave federal y los de Rivera han reiterado esta misma tarde que, aunque están dispuestos a modificar la Carta Magna, jamás permitirán un referéndum de autodeterminación en ninguna comunidad autónoma.

De momento, el PSOE y Podemos han delegado en Miquel Iceta (PSC) y Xavier Domènech (Podem) para que traten de alcanzar un acuerdo en esta cuestión.

No cabe duda de que un posible acuerdo entre PSOE y Podemos está todavía muy lejos. Pero el temor a que, tras unas nuevas elecciones, PP y C’s puedan sumar una mayoría suficiente para gobernar --algo que no les perdonarían sus votantes-- podría ser el catalizador que acelere las negociaciones y haga cristalizar un pacto que hace unas semanas se antojaba imposible.