Gran expectación ante la firma del decreto de convocatoria electoral

Gran expectación en torno al decreto que tiene que firmar mañana lunes el presidente de la Generalitat, Artur Mas, para que las elecciones autonómicas adelantadas puedan celebrarse el 27 de septiembre, tal como está previsto.

El texto es esperado con mucho interés porque los comicios han sido planteados como plebiscitarios sobre la independencia, pero en el decreto no figurará ninguna alusión al proceso soberanista para impedir que sean impugnadas por el Gobierno central. La Generalitat no tiene competencias para convocar cierto tipo de consultas.

Siempre se cumple la ley

Además de que el President insiste cada vez que puede –la última vez, tras la visita del Rey a Barcelona el 23 de julio-- en que el proceso no ha vulnerado ninguna ley.

Mas aseguró ante el consell nacional de CDC del jueves pasado que será un decreto "inatacable desde el punto de vista jurídico", pero subrayó que, aunque legalmente serán unas elecciones autonómicas normales, no lo serán desde el prisma político ya que los partidos las convertirán en un plebiscito sobre la independencia.

Compromiso con los soberanistas

La firma de la convocatoria supone cumplir con el compromiso adquirido el 14 de enero con ERC y las entidades soberanistas de convocar elecciones el 27 de septiembre, justo un año después de que firmase en el palau de la Generalitat el decreto de convocatoria de la consulta sobre la autodeterminación, un decreto que fue impugnado y suspendido, y que acabó con un 9N alternativo.

El decreto acabará con las especulaciones que durante meses han puesto en tela de juicio la celebración de los comicios. No sólo la oposición y la patronal lo han dudado, incluso el propio Mas ha amagado alguna vez con no convocarlas si veía que los partidos no las convertían en plebiscitarias.

La campaña empezará el 11 de septiembre coincidiendo con la Diada. Las elecciones se celebrarán tras un cambio radical del mapa político catalán: ningún cabeza de lista de los comicios de 2012 repite ahora, ni siquiera el propio Mas.