Política

El general Mikimoto, de incógnito en territorio comanche (Madrid)

El creador del Tricentenari, detectado en el corazón de la capital de España. No lucía la estrella de Mariscal de la Coronela en el Bar Restaurante Casa Manolo. Monago, Pantoja, Olga, La Pechotes y el acabose.

8 noviembre, 2014 11:09

Miquel Calçada, el organizador, inspirador, creador o lo que sea de la Guerra de Sucesión, también conocida como la guerra de los cojones o el Tricentenari, ha sido detectado en Madrid, capital del territorio enemigo. Concretamente el pasado miércoles, en un bar que hay delante del Teatro de la Zarzuela, detrás mismo del Congreso de los Diputados. El bar restaurante Casa Manolo, donde sirven las mejores croquetas de España. Calçada, nombre en clave Mikimoto, no lucía la estrella de general, pero salvo ese detalle, su porte marcial y su rostro de hombre feliz y seguro de sí mismo le delataba. Era él, sin duda. Pidió una caña y le sirvieron una tapa (free) de lacón. Una ambrosía con pimentón de La Vera. Después, otra caña, acompañada por una croqueta grande, envuelta en una crujiente miga de pan candeal, con un interior suave y rotundo a la vez. Lo más alejado de la nueva cocina. Un auténtico prodigio que degustó con deleite el Villarroel de 2014 mientras conversaba tranquilamente en catalán con un parroquiano.

Los servicios secretos españoles no salían de su asombro, hasta el punto de que uno de los agentes que seguían al mariscal catalán estuvo a punto de perder los nervios y exigir la aplicación de la reserva del derecho de admisión. Campanudo como es, con las patillas a lo Bárcenas y después de haberse embolsado un botín millonario con el Borne y el Borbón, Calçada disfrutaba el miércoles de las excelencias de la gastronomía española en el corazón mismo de Madrid, bajo el suave arrullo del sol del membrillo. ¡Qué grande es España! Los de Sociedad Civil Catalana y los de Libres e Iguales, puteados a más no poder, ya sea en su tierra o en tierra de nadie y el Napoleón de Sabadell, más rico y potentado que Justo Molinero, tras las líneas enemigas, en la Santa Bárbara del odiado español inflándose a tapas. Tu sí que sabes, Miki. Te recuerdo hace veinte años en una de esas calas de por donde Begur, espléndido y manejando un buga descapotable. Ya tenías aspecto de ganador. Por qué se contagian los bostezos, te preguntabas. Sí señor, un triunfador. Con la que ha liado en Barcelona Calzada, quien en comandita con Toni Soler ha convertido la ciudad en un tablero de Stratego con muertos, disparos, cargas de caballería y odio a raudales... El Tricentenari, el holocausto catalán, la masacre infinita, todo eso de la historia de España contra Cataluña reducido a una croqueta en una soleada mañana de las que pinta con amor Antonio López. El general Mikimoto en territorio comanche. El pequeño Nicolás te sigue, que lo sepas.

Aquí, en Barcelona, los cavernícolas y los proscritos no disfrutan de tanta libertad de movimientos. Para nada y todo lo contrario. Es lo que tiene la clandestinidad, que la presentación de una película o un libro empieza a parecer un acto cristiano en las catacumbas de Roma, entre la Resistencia, el maquisard o los alemanes del Este bajo Honecker. Sobre este particular, el artículo de Gregorio Morán en La Vanguardia es, como siempre, imprescindible: "A una persona que le niegas la solidaridad de clase, de trabajador, de colega –qué viejo suena esto en sociedades donde los compañeros son capaces de denunciarte a sus jefes sin una pizca de vergüenza ajena, sólo porque ellos piensan de otra manera y quienes no son como ellos habrán de sufrir las consecuencias!–, a una persona en esa situación la estás matando, o llevándola al cadalso, que viene a ser lo mismo".

Como todo se confunde y es relativo, las estrellas de la crónica social invaden las notas de política y tribunales. Que todo se confunde lo prueba la nota apócrifa del alcalde de Badalona llamando al voto el 9-N. El edil, que es Xavier García Albiol, no salía de su asombro, aunque si viera los informativos y debates de su televisión comprendería perfectamente las razones por las que a los badaloneses de a pie les puede parecer plausible que su primera autoridad, que es del PP, les anime a participar en el butifarréndum.

Un fallo lo tiene cualquiera, como el presidente de la Junta de Extremadura, Antonio Monago, a quien le está cayendo la del pulpo y la del inglés por sus escapadas senatoriales a Santa Cruz de Tenerife. Menuda cruz. La nueva musa se llama Olga María Henao, es de Medellín, Colombia, y según los más rijosos comentarios es de una belleza caribe. Vocal en las listas del PP canario, en la vieja tradición de las vicetiples y vocalistas, ya ha hablado para La Otra Crónica de El Mundo y ha contado con pelos y señales lo que no dice Monago. El exclusivón es de Yira Arredondo. También estuvo Olga en la recepción de Felipe VI, que empieza a merecer una revisión a fondo. Acudió con su nuevo novio, un diputado del PP por Teruel que ha dimitido nada más conocerse el carajal.

La Pechotes todavía no es historia, sino pura actualidad, pero la competencia entre las mujeres fatales es feroz. Por ejemplo, la ex de Cayetano el de los Alba, Genoveva, está en el candelabro por su romance confirmado con José María Michavila y los rumores sobre el pequeño Nicolás (Fran para los entendidos) son cada vez más escabrosos. No se pierdan el retrato de familia en La Razón, firmado por Rubén Cruz. La madre es empresaria y el padre, ingeniero. O al revés. Sigue siendo todo muy extraño. En Madrid se ha desatado un pánico ostensible entre las filas populares. Nadie está a salvo, susurran, desde que Gallardón fue proyectado al vacío por Rajoy. Ya han caído Rato, Granados y Monago. Y más. ¿Quién será el próximo negrito? En el Abc aportan novedades sobre La Pechotes. El sector de los seguros está en el centro del huracán por una criatura de 19 años que niega que su novio la haya abandonado. Reconoce, por lo demás, que ha estado en contacto con el representante de Belén Esteban (a un paso del olvido, por cierto) pero que no piensa salir en los medios. Hablar sí que habla. Y el mérito es de la periodista Marina Pina.

Hasta se especula en Madrid con una conjura del Cesicat, que dispondría de material altamente inflamable sobre licenciosas costumbres y perjudiciales hábitos. Entre las hipótesis cabe la venganza catalana, ejecutada por los Pujol Ferrusola con mano de hierro, estilo bondage, sin piedad.

El bufete de Roca está detrás de la infanta imputada, Cristina, antes hija y ahora hermana del Rey (lo que demuestra que todo es susceptible de empeorar) y el Cristóbal Martell detrás de los Pujol y de Núñez, que empieza a deambular por la perspectiva Pantoja. La tonadillera es la portada de la prensa del corazón y la causa de un jugoso debate sobre la justicia. Si en el caso de la infanta se alude a la doctrina Botín para librarse del banquillo, en el de la reina de la copla el trasunto está en la rapidez relativa de la acción judicial, así como en la ejemplaridad. Isabel Pantoja en este país es como El Lute en el de Matesa. Matesa, qué tiempos aquellos. El precedente más sonoro de la corrupción actual acaecido en el tardofranquismo. Pues eso, que hay casos que habitan en los limbos judiciales y otros, como el de la viuda de Paquirri y examante de Julián Muñoz, que se resuelven en menos tiempo que lo que dura una temporada completa de Amarte así, Frijolito.

Lo mejor sobre el particular lo sirve Arturo San Agustín en el Quién de La Vanguardia. Considera el maestro que, como diría Machado, la Pantoja es un reflejo de las dos Españas, pero también habla de Johan Cruyff, un caso como el de Pujol, del que nadie recuerda que haya invitado jamás a un café.

Ojo a los tiempos y referentes que vienen. Resulta que le han encontrado el atractivo carnal a Pablo Iglesias en El Mundo. Asombroso y delirante expediente. Atufa. Hay un primer plano de la coleta. Segunda, David Fernàndez, el hipster punk al que el diario de Godó concede una doble página. Que dice que vuelve a trabajar en una cosa de "finanzas solidarias". ¿Finanzas solidarias? Ni un pam de net.