Política
Urkullu teme que "un camino como el catalán provoque al final frustración social"
El lehendakari valora la legitimidad de tales aspiraciones "políticas", pero al mismo tiempo alerta del riesgo que entraña desconocer "cuál es el grado de asunción por parte de la mayoría de la sociedad de esas aspiraciones y la posibilidad real de llevarlas a la práctica".
20 abril, 2014 19:22El lehendakari, Iñigo Urkullu (PNV), ha defendido que el País Vasco tiene que avanzar hacia un mayor autogobierno de un modo "gradual", puesto que le "preocupa" seguir un camino similar al emprendido por el secesionismo oficial en Cataluña, donde se puede "provocar al final frustración social".
El líder del PNV ha valorado, en una entrevista publicada este domingo por el diario El Correo, la legitimidad de tales aspiraciones "políticas", pero al mismo tiempo ha alertado del riesgo que entraña desconocer "cuál es el grado de asunción por parte de la mayoría de la sociedad de esas aspiraciones y la posibilidad real de llevarlas a la práctica".
Con esta contundencia, y distanciándose de la realidad catalana -"muy diferente a la vasca", según ha apuntado-, el lehendakari ha asegurado que no le da "envidia" la "efervescencia social" ni las muestras de apoyo a toda suerte de iniciativas secesionistas promovidas en Cataluña.
"Hay tiempo aún para el diálogo"
"En el asunto catalán hay tiempo aún para el diálogo y el acuerdo", ha afirmado Urkullu, "lo que ocurre es que de un problema político se ha generado un problema social", ha lamentado.
Al mismo tiempo, el lehendakari, que se declara "nacionalista", ha admitido que no es partidario de "cerrar las puertas a las aspiraciones legítimas". Con todo, ha razonado que, "en el año 2014, [...] donde la soberanía plena [no está claro] si la tiene nadie", conviene "acomodar los planteamientos de hace doscientos años a la realidad actual".
El así llamado "derecho a decidir", no obstante, también ha tenido éxito en el País Vasco, y Urkull ha abogado, en consonancia, de "una soberanía compartida" entre el Parlamento autonómico y las Cortes Generales, que ha imaginado como una suerte de "relación de bilateralidad garantizada".