El voluble Illa aseguró que no habría amnistía ni nada de eso, pero luego la defendió a capa y espada porque la vida es así. También apostaba por un modelo de escuela trilingüe en Cataluña, pero acaba de pactar con ERC el apuntalamiento de la inmersión en catalán en la educación. Y aseguraba, por otra parte, que no habría referéndum de autodeterminación. En este punto no ha cambiado de opinión: aunque el acuerdo con los republicanos lo menciona, no habrá consulta… porque ya no hace falta.

El PSC en Cataluña y el PSOE en el conjunto de España acaban de entregar lo que ERC llama, sin cortarse, “la llave de la caja” y “la llave de la nación”. Esto es, si cada palabra de los republicanos es como se plantea y como figura en el documento que ha trascendido –y el silencio de los socialistas es muy sospechoso–, que la autonomía recaudará, liquidará y gestionará todos los impuestos y que blindará, más si cabe, el catalán. En otras palabras, Illa ha acordado la independencia de Cataluña de facto y él será su primer presidente. Muy bizarro.

El preacuerdo no tiene desperdicio. Los socialistas asumen como propios todos los argumentos y las reivindicaciones del nacionalismo, hecho que despeja las dudas de la ideología (y los complejos) del PSC. Estos van desde la falacia de que con el Estatut fallido comenzó el procés hasta que la “lengua propia” (y única) de Cataluña es el catalán. Por eso, el Govern socialista pondrá todos los recursos necesarios para que el catalán sea lengua prioritaria en todos los ámbitos, anteponiendo en algunos de ellos los derechos de los catalanohablantes sobre los de los castellanohablantes, en lugar de equipararlos, e imponiendo esta lengua en la escuela, a sabiendas de que hay sentencias judiciales que defienden el bilingüismo y de que el aprendizaje en un idioma distinto al materno merma el rendimiento académico.

También acepta el PSC el despliegue de las embajadas catalanas allende fronteras, no solo con su mantenimiento, sino con la ampliación de la red de oficinas en el exterior. Y es que el nacionalismo quiere más y avisa de que todo este preacuerdo –que aún deben validar las bases; sí, la gobernabilidad está en manos de 8.700 personas, sobre una población de ocho millones– es solo el inicio, y que fija los cimientos para ir a por la independencia reconocida. Lo curioso es que siempre ceden los mismos, y lo hacen ante quienes han empobrecido Cataluña y no han pedido disculpas por nada de lo hecho. Bueno, de lo no hecho, que la amnistía ha borrado todo el procés de un plumazo. Páginas en blanco en el libro de Historia.

Entre tanta oscuridad, sin embargo, hay algo de esperanza. El Gobierno ha aprobado el anteproyecto de ley para prevenir el consumo de alcohol en menores. La ministra de Sanidad, Mónica García, añade que “no existe cantidad de alcohol que no tenga riesgo, y menos en menores”. Es un primer paso. Existe mucha gente con problemas, aunque pocos quieran reconocerlo.