A la desesperada, a su aire y diciendo que sí a todo. Así trabaja el conseller David Mascort, el responsable del Departamento de Acción Climática, una consejería maría a la que se le junta el trabajo y resulta que tiene más peso en el funcionamiento de Cataluña del que parece. Primero fueron los payeses, a los que prometió lo que no podía cumplir (incluida más agua pese a la sequía, sí), y ahora es la ciudadanía en general con las piscinas.
Mascort no atiende a más razones que las suyas y las del Govern en minoría de ERC. Sabe que ni los republicanos ganarán –es más, que caerán mucho en las urnas– ni él, en el supuesto de que Aragonès obrase el milagro, repetiría al frente de esta consejería. Así que de perdidos al río. Hay que pescar votos como sea, aunque sea yendo en contra del plan de sequía de la Agencia Catalana del Agua (ACA), que ha provocado no pocas tensiones internas.
La última ocurrencia de Mascort es por todos sabida: no hay agua, pero, de repente, se permitirá el llenado de piscinas privadas si se ceden al pueblo como refugio climático. Una auténtica locura. ¿De verdad tienes que abrirle tu piscina al vecino que no se ducha, al que no soportas y al que le tira los tejos a tu pareja? La verdad es que no está claro. Porque el titular está muy bien, pero el Govern, como de costumbre, no se moja.
El texto aclara –bueno, más que aclara, dice– que “las piscinas que actúen como refugio climático podrán ser las públicas”, pero también “las de titularidad privada que tengan un acuerdo con el ayuntamiento para ser de uso público abierto a la ciudadanía en las mismas condiciones que funcionan las piscinas públicas”. Un trabalenguas que deja muchas cosas a la imaginación. ¿A qué piscinas se refiere? Al parecer, y principalmente, a las de comunidades de vecinos y hoteles, pero no lo especifica en demasía.
No obstante, puede haber excepciones que impliquen la apertura de piscinas de casas privadas en casos concretos, como que la de un chalet sea la única piscina de todo el municipio. Surrealista todo ello. ¿Y puede considerarse refugio climático un barreño? Quién sabe. Ni tampoco quién debe contratar a los socorristas, ni si hay que cobrar entrada. Qué más da. La Generalitat dispara y se lava las manos; los ayuntamientos que se apañen con los vecinos. Nuestra triste realidad a las puertas del 12M.