Más incertidumbre se cierne sobre Cataluña tras el anuncio de que el Gran Premio de España –hasta ahora organizado en Montmeló– se disputará en Madrid a partir del 2026. ¿Significa eso que Barcelona perderá la Fórmula 1, que acoge desde 1991? No necesariamente, pero el asunto le saldrá caro si apuesta por retener el Mundial, una de las citas deportivas más prestigiosas del calendario internacional.

No es habitual que un país acoja dos carreras del Mundial de Fórmula 1, ni mucho menos. Pero España organizó dos no hace tantos años: el de Barcelona y el de Valencia, bautizado este como Gran Premio de Europa, hoy desaparecido. Era otro momento y muchas cosas han cambiado desde entonces. Entre otras, la propiedad de la F1.

La Fórmula 1 es un negocio que mueve miles de millones de euros. Y ahí, en el dinero, está la respuesta a la pregunta que da título a esta columna. En 2016, Liberty Media compró la competición por 4.400 millones de dólares –por lo tanto, las últimas renovaciones de Montmeló se han realizado ya con este grupo–, y nadie en su sano juicio realiza tamaña inversión si no es para obtener mucho beneficio económico.

Cada circuito es un mundo, y negocia el canon de manera independiente en función de sus características. Las tasas más elevadas se mueven en el entorno de los 50 millones de euros, que es la zona en la que se movería el acuerdo de la F1 con Madrid. En el lado contrario, Mónaco apenas desembolsa unos 15 millones por la icónica carrera.

Cataluña se mueve alrededor de los 22 millones de euros por acoger el Mundial. Dicho de otro modo: la competencia de Madrid le puede encarecer el canon. O, lo que es lo mismo, hay pocas cosas que el dinero no pueda arreglar. Pero eso no quita que la empresa sea harto complicada, y más cuando Barcelona pierde la condición de Gran Premio de España.

Nada es imposible, pero Cataluña irá sí o sí a remolque de la capital, una vez más, por mucho que los pilotos prefieran un trazado profesional a uno urbano o semiurbano. Pueden presionar, pero no me los imagino yendo a la huelga por la posible permuta Madrid-Barcelona.

Como dato, el deficitario Circuito de Montmeló es ya uno de los 12 que más carreras de F1 han acogido. Seguir sumando Grandes Premios dependerá ahora de diversos factores, entre ellos la gestión de unos políticos que llevan demasiado tiempo pendientes de asuntos alejados de las necesidades de la población.

Y no será porque lo de la Fórmula 1 no se viera venir: hace años que se escucha que la continuidad de este trazado en el calendario pendía de un hilo, hasta que llegó el lobo. Veremos si podemos salvar las ovejas.