El nuevo Jaume Roures ya está en marcha. Apartado de Mediapro por mala gestión, el directivo del audiovisual aborda nuevos proyectos fuera del conglomerado sito en Diagonal 177 --una operación inmobiliaria opaca donde las haya-- mientras pasa cuentas con su pasado.
Roures, hábil, se presenta como una víctima de poderes that be y prepara, anuncia desde las páginas de El Món, su llegada al inmobiliario social, una aventura que hasta ahora le ha salido mal, a juzgar por los resultados en Barcelona.
En su reconversión hacia el ladrillo, Roures maquilla cosas. Camufla hechos, da otros por sentados y huye de las fuentes primarias, demostrando que es mejor businessman que comunicador. Y, en la cuestión de la corrupción de Mediapro en Estados Unidos, no hay medias tintas.
El conglomerado que fundaron él mismo, Tatxo Benet y Gerard Romy pagó sobornos --en plural-- a altos directivos del fútbol americano a cambio de derechos de retransmisión de partidos de balompié. Y no lo dice este periodista, sino el acuerdo de culpabilidad que firmó el conglomerado y que el Departamento de Justicia de EEUU publicó el 10 de marzo de 2018.
En el mismo escrito, se deja claro que Imagina, matriz de Mediapro, incurrió en "conducta criminal", por lo que el grupo paga una multa e implementa un programa de compliance interno, entre otras medidas. Nada de presiones de la fiscalía, como aduce el destituido.
El escrito subraya que no se imputará a uno de los CEO, Gerard Romy, a cambio de la citada admisión de culpa y una sanción.
Por el contrario, Romy sí pasó a investigado el 6 de abril de 2020, dos años después del presunto carpetazo al caso sobornos. Fiscalía dio un giro al caso y emitió un nuevo escrito de acusación. Con arreglo a este texto, Romy participó, según el ministerio público, de una organización criminal al por mayor en Estados Unidos para comprar derechos del deporte. Una conducta que merece abordarse con la Rico Act, la ley antimafia.
De estos cargos, sobre los que el exsocio de Roures tiene presunción de inocencia, como es natural, Romy ha decidido no defenderse. Se ha fugado, o así lo considera la fiscalía, no ha comparecido en el juzgado del distrito Este de Nueva York y vive en un extraño segundo plano en España.
Por lo tanto, señor Roures, en el caso mordidas contra Mediapro --y sí, es contra Mediapro, pues la fiscalía recuerda que Imagina US estaba participada por el holding-- no hay condena aún, tiene usted razón, porque el investigado ha puesto pies en polvorosa. Quien calla, dicen.
Cabe recordar estos datos cuando el nuevo Jaume Roures aborde los proyectos en los que ya está enfrascado.