Como estamos en constante campaña electoral, tampoco debe sorprendernos que ahora también estemos en constante votación. La fiesta de la democracia la llaman. O la gran charlotada. Así es como se la tomaron muchos el pasado domingo en Cataluña, la cuarta autonomía con mayor abstención (44,44%) de todo el país, solo por delante de Canarias y de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

El primer mensaje es evidente: estamos hastiados de nuestros políticos y de los partidos a los que representan; pasamos de ellos (igual que ellos pasan de nosotros). Y es un escenario altamente peligroso, entre otras cosas porque favorece los populismos, y deja ver que el sistema es muy mejorable.

A partir de aquí, se pueden sacar muchas conclusiones acerca de lo acaecido en las urnas el pasado domingo, como el crecimiento del PP, la subida de Vox, el batacazo del PSOE, la desaparición de Ciudadanos y la casi muerte de Podemos. Pero casi nadie le presta atención a otros dos parámetros: votos nulos y en blanco.

Si nos ceñimos a Cataluña, los sobres vacíos (voto en blanco) han supuesto el 1,71% del total, hasta las 51.413 unidades. Cuatro años atrás, fueron 36.600 (1,04%). Es decir, esta opción se ha disparado un 40%. Por otra parte, la alternativa del voto nulo la han elegido hasta 44.882 catalanes (1,47%), ¡más del doble que en 2019! Entonces lo usaron 20.869 electores (0,59%).

Segundo mensaje: el 28M no solo se votó menos, sino que muchos de los que acudieron a las urnas lo hicieron más por responsabilidad que por convicción. Solo así se entiende el significativo crecimiento de las opciones que representan el ninguno me gusta y el me da igual. No parece que la cosa vaya a cambiar mucho el 23J, más bien al contrario, pues para más inri Sánchez ha convocado las generales en mitad de las vacaciones. ¡Solo faltaba Aragonès agitando las aguas con su frente común en el que se ha quedado solo!

Y todo esto ¿por qué? Pues porque, entre otras razones, la política está muy alejada de la ciudadanía, por las broncas, por el ruido, por la constante creación de problemas en lugar de la búsqueda de soluciones… Eso pasa en la vida constantemente: quien actúa de este modo se queda solo, nadie le sigue, pierde toda la autoridad y se carga cualquier proyecto vital o profesional.

Sin duda, esta hubiera sido una buena oportunidad para la desaparecida plataforma Ciudadanos en Blanco, cuyo objetivo era obtener las papeletas necesarias para entrar en las instituciones y dejar sus asientos vacíos.