La normalidad es una ilusión, una convención social y temporal. ¿Qué es normal? Según la Real Academia Española, normal es lo “habitual u ordinario”. Es decir, normal es aquello a lo que estamos acostumbrados, ya sea por tradición, repetición o imposición. Y nuestra normalidad (o nuestras normalidades, pues hay una para cada ámbito vital), no es la misma toda la vida, y ni mucho menos igual a la que vivieron nuestros abuelos y padres ni a la que se enfrentarán nuestros hijos y nietos. Ello no quiere decir que toda normalidad sea buena. Sin ir más lejos, la normalidad de la actual Barcelona deja mucho que desear en muy variados asuntos. La ciudad se está quedando atrás.

Por esta razón es tan necesario el debate en términos constructivos. Debates como los que desde hoy, 26 de abril, y hasta el próximo viernes, 28 de abril, organizan Crónica Global, Metrópoli Abierta y El Español en el DFactory bajo el nombre de Desperta BCN! Este primer foro –el primero de muchos– dará voz a numerosos especialistas y a algunos de los principales actores de la capital catalana, que compartirán ideas y abordarán la manera de afrontar los problemas de Barcelona que se han vuelto normales, pero que no lo son, con la intención de que la urbe recupere el liderazgo urbano que nunca debió perder.

Vivienda, okupaciones, seguridad, turismo, movilidad, tecnología, colaboración público-privada y el modelo que necesita Barcelona en términos de valor son solo algunas de las cuestiones que se comentarán en este foro durante tres días. Se trata de sumar, de ponerse de acuerdo o, al menos, de coger ideas interesantes. Harían bien los políticos en tomar nota de lo que se dirá en estas jornadas y, no menos importante, de cómo se dirá. Con respeto, con ganas de construir, lejos del ruido que ha contaminado a nuestros representantes y que les lleva a gestionar en función de sus propios intereses.

Sea como sea, es evidente que Barcelona necesita una nueva normalidad, definida en el diccionario como “situación en que la forma de vida normal o habitual se modifica debido a una crisis o a razones excepcionales”. El mundo cambia demasiado deprisa y es una quimera adaptar la ciudad al mismo ritmo, incluso legislar. Pero hay muchas maneras de encontrar el equilibrio, sin sectarismos, escuchando a todos los implicados y, sobre todo, con una buena pizca de sentido común. Desperta BCN! pretende contribuir a ello.