El ‘Pre-CUP-uesto’
Regocija ver a los convergentes revolcarse en la miseria política y preguntarse: ¿qué hemos hecho nosotros para merecer esto? Pues todo, o casi todo. La dependencia de la CUP en la sostenibilidad parlamentaria de Junts pel Sí lleva a que los presupuestos de la Generalitat para 2016 dependan en buena parte de lo que los chicos de las camisetas por fuera decidan con su peculiar estilo.
Hoy es el día. El momento son las 23 horas, que ya saben son más noctámbulos que los políticos tradicionales, como cuando pactaron la investidura con nocturnidad y alevosía. Esperemos que sus órganos de gobierno se aclaren y decidan si le dan una vuelta al ruedo a las cuentas públicas presentadas por el Gobierno catalán o las arrastran por los pasillos del Parlamento catalán y las devuelven al toril. No se extrañen tampoco si empatan en la votación y ganan unos días, porque ellos son así de magos de la nueva política. Como tienen cogido el toro por los cuernos, los morlacos Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se dejarán torear con facilidad.
Nunca un pequeño grupúsculo parlamentario ha tenido en Cataluña tanto poder y capacidad de influencia como el que concentra en estos momentos la CUP. Haya o no nuevas cuentas públicas para el año en curso, la decisión será suya: no de una mayoría, sino de una minoría. Tanto da que se prorroguen las actuales como que se vean obligados a modificarlas a gusto y semejanza de la poderosa decena de diputados.
Por eso, que los políticos de Junts pel Sí se abstengan de hablar de presupuestos, lo que tienen delante hoy es la admonición a un auténtico Pre-CUP-uesto. Palabra que se parece en exceso a Preo-CUP-ante.