Antón Costas, el corolario perfecto
Catedrático y gallego, y jamás se conoce bien qué pondera más en su personalidad, el presidente del Círculo de Economía ha cerrado las que serán sus últimas jornadas al frente de la institución, del prestigioso foro de opinión barcelonés. Durante las últimas horas, Antón Costas ha derrochado una energía destacable: ha sido capaz de poner en un brete a todos y cada uno de los líderes políticos que concurren a las próximas elecciones del 26 de junio y que tienen en sus manos la gobernabilidad del país.
Las jornadas del Círculo de este año han estado pendientes de forma fundamental de este asunto que les señalo. Existieron otros contenidos, pero estos fueron los protagonistas principales. La institución está virando para adaptarse a los tiempos y deberá reformular su futuro con alguna apuesta que supere lo que podríamos entender por continuidad.
Pocos presidentes del Círculo hubieran representado mejor la independencia que el académico gallego
Costas cerrará su presidencia mucho mejor de cómo la comenzó. Desde la legitimidad que da haber criticado sus primeros pasos, ahora me atrevo a decir que la valentía intelectual que se le reclamaba en los inicios ha aterrizado en la etapa final. Pocos presidentes de la institución hubieran sido capaces de llevar a cabo una nota de opinión como la última emitida, la que ha sido el epicentro de los debates de estas últimas horas en Sitges.
Costas ha pedido a los políticos gobernabilidad (¡qué tontería visto en abstracto, no!) y acabar con las malditas líneas rojas que impiden el acuerdo, que frenan los consensos y dificultan el pacto. Justo los valores de sentido común que históricamente ha defendido esa institución catalana. Ha tenido el arrojo de sentar junto a lo más liberal del mundo económico a líderes de una especie de neocomunismo urbano como Pablo Iglesias y Ada Colau. ¡Háblese! Parece haber dicho a diestro y siniestro el articulista, entrevistador de políticos y bodeguero galaico. Ha sido un perfecto corolario a su presidencia estos tres últimos años.
Costas dejará el listón muy alto tras su paso por el Círculo. Lo ha hecho sensatamente bien, de manera ordenada, sin sectarismos o peligrosas filias. Si hay alguien que ha demostrado independencia en esa institución hoy no cabe duda de que es su presidente. Es de justicia reconocerlo, y aquí está negro sobre blanco, a la par que me permito desearle lo mejor en la dimensión personal en la que se adentra. ¡Enhorabuena!