Miriam González
¿Es posible un partido liberal?
"Me hubiese gustado que Ciudadanos no derivara tan descaradamente hacia la derecha, lo cual, además, no les sirvió para nada más que ser subsumidos por el PP, pero me quedé con un palmo de narices"
Leo por ahí que la abogada Miriam González (Olmedo, Valladolid, 1968) está tanteando la posibilidad de lanzar en España un partido liberal en la línea de lo que fue Ciutadans en sus inicios catalanes, antes de que se extendieran por España y se les enganchara lo mejor de cada casa con ganas de medrar.
Le alabo la moral, pero no sé si está el horno para bollos. Me gustaría que sí, ya que la dicotomía aparente PSOE-PP juraría que ya no da más de sí (por no hablar de las excrecencias a izquierda y derecha).
También me hubiese gustado que Ciudadanos no derivara tan descaradamente hacia la derecha, lo cual, además, no les sirvió para nada más que ser subsumidos por el PP, pero me quedé con un palmo de narices.
Sigo creyendo que hacía falta un partido como Ciutadans (que no Ciudadanos), y le agradezco a la señora González que lo vuelva a intentar, pero también me entran ganas de decirle que no se meta en fregados, con lo bien que vive como abogada en California junto a su marido, Nick Clegg (Chalfont St. Giles, Buckinghamshire, 1967), quien fuera líder del Partido Liberal Democrático británico y viceprimer ministro del gobierno de coalición de David Cameron entre 2010 y 2015.
Tras unos pocos años en los que parecía que los liberales iban a alguna parte, Cameron le dio a Clegg un abrazo del oso que lo expulsó del gabinete tras la victoria de los tories en 2015 y condenó a su partido a una irrelevancia de la que aún no ha salido (una lástima como la de Ciudadanos, ya que los liberales constituían una alternativa razonable al tándem conservadores-laboristas).
No es que haya que sufrir por el señor Clegg, ya que gana más de cuatro millones de euros anuales como jefe de comunicación de Facebook desde el año 2019, una suma que nunca había conseguido reunir durante todos sus años de político honesto (si optas por la vía Ábalos, ya es otra cosa, pero puedes acabar en el talego).
Imagino que a nuestros súper izquierdistas les debe dar risa que la esposa de un millonetis inglés pretenda montar un partido liberal en España, sobre todo si tenemos en cuenta cómo acabó el del Reino Unido. Pero uno, que asiste a la putrefacción del PSOE y recuerda las corruptelas del PP, se agarra a un clavo ardiendo para no arrojarse desde el balcón ante lo que en la España actual se entiende por política.
Es posible que los españoles ya estén muy a gusto combatiendo, respectivamente, a un fascismo y un comunismo que solo existen en su imaginación calenturienta, pero algunos estamos un poco hartos de esta lucha de titanes, ya no sabemos a quién votar y agradeceríamos la presencia de un partido de centro que intentara poner un poco de orden en el presente sindiós antes de que acabemos haciéndonos daño.
La propuesta de la señora González no me parece la frivolidad de una ricachona que se aburre. Su carrera de abogada es ejemplar, y los artículos que publica en la prensa española y británica me han parecido casi siempre brillantes. Eso sí, si se lanza al ruedo, debe saber que se la va a recibir con la misma hostilidad palurda que a Manuel Valls en su momento, cuando se le dejó bien claro que no era bienvenido en el ecosistema político español: aquí no gustan los paracaidistas.