La crisis sanitaria y, con ella, el dramático escenario social y económico que nos espera ---con un paro que puede fácilmente situarse en seis millones de personas y con todas las condiciones para un estallido social-- ha cambiado radicalmente los ejes del debate político. Atrás queda todo aquello que no sea cómo salirnos de esta.
Una nueva realidad que debería obligar a muchos partidos a cambiar dinámicas que, si ayer ya sorprendían por incomprensibles, hoy resultan lamentables. Alguno parece entenderlo mientras que otros, más que no comprenderlo, parecen apostar, conscientemente, por sacar rédito del peor de los escenarios. Una actitud esperable de los partidos más radicales, pero que sorprende cuando todo señala que el Partido Popular puede, también, hacer este juego. No quiero aburrir a mis lectores repitiendo mi artículo de hace una semana, pero que el PP se haya alineado alegremente con los “halcones” del norte de Europa en cómo orientar las ayudas europeas a España, supera lo imaginable.
Entre quienes parecen entender la nueva realidad y, además, lo ven como una oportunidad, está el nuevo Ciudadanos de Inés Arrimadas. Su discurso más prudente desde el inicio de la crisis sanitaria, y su apoyo a medidas de interés general, le distancia del espíritu de las “tres derechas”, en el que sigue un PP empeñado en una incomprensible pugna con Vox por quien ejerce una oposición más radical y contundente.
España necesita un partido como Ciudadanos, que en su versión moderada alcanzó 57 diputados en abril de 2019 para, con un perfil mucho más radical, caer estrepitosamente a diez diputados en noviembre del mismo año. El nombramiento de Inés Arrimadas, junto con el abandono de personas como Marcos de Quinto y "otros halcones”, favorece ese tránsito al centro del partido de Arrimadas, y responde a esa demanda de moderación de buena parte de la ciudadanía española.
Por ello, Ciudadanos, sin renunciar a ejercer una oposición tan rigurosa como constructiva, puede convertirse en un partido clave en ese nuevo escenario post covid-19. Y esa actitud en el Congreso de los Diputados, debe también trasladarla a Comunidades y Ayuntamientos, y especialmente al nuevo Parlamento catalán que surja de las inevitables elecciones del próximo otoño / invierno.
También en Cataluña, el eje político transitará del procés a recomponer los destrozos sociales y económicos. Una nueva etapa en la que Ciudadanos debería ser capaz de priorizar y ofrecer una propuesta de corte liberal para la reconstrucción del país, y una actitud para el acuerdo con otras fuerzas políticas que también tengan el mismo orden de prioridades. Una renovación en su discurso y, seguramente, en las personas.
Inés Arrimadas está ante su momento. Al margen del posicionamiento político de cada votante, es de interés general contar con un partido de centro moderado. Mucha suerte