A la vista tenemos varias ferias que representan al sector productivo. Se trata de encuentros sectoriales que se desarrollan por todo el territorio y cuya temática va desde las diferentes muestras de frutos secos, fruta dulce, ganado, cultivos herbáceos, semillas y plantones leguminosas, hortícolas y ornamentales hasta la maquinaria agrícola y tecnología de apoyo a la producción, la cosecha y la transformación. También se hacen ferias de productos elaborados, principalmente en obradores y bodegas, como lácteos y quesos, miel, aceite, tortas, cocas y pan, vino, cerveza, etc.

Estas ferias, con mayor o menor ambición y presupuesto, pretenden visibilizar y poner en valor la producción primaria catalana y los diferentes avances del sector mediante jornadas y conferencias paralelas a los expositores. En ellas se muestra la riqueza y diversidad productiva de nuestro territorio: no tenemos soberanía alimentaria, pero hacemos casi todo lo que permiten nuestras características edafoclimáticas con una alta calidad de productos.

Cada vez es más relevante la obtención de alimentos que cuenten con un etiquetado de trazabilidad y bajo criterios de máxima calidad, con denominación de origen y reconocimiento geográfico, y de producción ecológica e integrada que permitan al consumidor conocer su origen y las pautas de todo el proceso. También es importante la eficiencia en la producción para reducir costos e inputs, fertilizantes, fitosanitarios, disminuir la huella hídrica y la de carbono y donde se reutilice y se reduzcan los residuos. A nadie le interesa más la sostenibilidad que a los propios productores, ya que su reputación es garantía de su trabajo. Es necesario un esfuerzo diario de trabajadores, empresarios, productores, y el apoyo técnico que les aporta el conocimiento científico y técnico de la ingeniería agronómica para alcanzar los objetivos marcados de calidad, seguridad, eficiencia y sostenibilidad.

Una feria más ambiciosa que tiene lugar desde este lunes y hasta el jueves en Barcelona es Alimentaria, que representa a toda la industria agroalimentaria y que reunirá este año a más de 3.000 empresas. En esta edición Alimentaria se une a Hostelco, porque alimentarse es una necesidad esencial pero también es placer, cultura y tradición, y ello se refleja en los hogares, en la hostelería y la restauración. Durante cuatro días podremos disfrutar de degustaciones y conocer los últimos avances de la industria alimentaria, donde la innovación para la obtención de alimentos, el marketing y la eficiencia son sorprendentes. Significa un paso más en la cadena de valor para la obtención de alimentos con potentes industrias detrás de cada producto y donde la tecnología y la ingeniería agronómica también participan. El uso del internet de las cosas, la digitalización, la robótica y las nuevas tecnologías nos abren un abanico de productos inimaginables, una innovación que comienza desde la genética de la materia prima y la producción primaria.

Cuando abrimos los refrigeradores de nuestros hogares debemos recordar que detrás hay muchas personas, tradiciones y esfuerzo. Como dicen las pancartas de las manifestaciones del mundo rural, "si el campo no trabaja, la ciudad no come".

El sector agroalimentario en Cataluña representa el 16% del PIB; es el sector económico más importante y uno de los más dinámicos. Y muchos expertos ya indican que en los próximos 15 años veremos multitud de cambios y una revolución en el mundo de la alimentación, porque son muchos los condicionantes que así lo obligan: los límites planetarios en emisión de gases, los costes energéticos y la obtención de energías limpias, la reducción, el reciclaje y la reutilización de residuos, las tendencias de consumo y la demanda en cantidad, calidad y diversidad de productos. Los retos de acabar con el desperdicio de alimentos, reducir la obesidad, la diabetes y el colesterol y al mismo tiempo conseguir precios asequibles para un sector de la población cada vez más empobrecido, marcan las investigaciones en este campo. Estamos ante una industria 4.0 donde los avances científico-técnicos, con la digitalización, la automatización, el internet de las cosas y la robótica nos permiten conseguir nuevos alimentos como los funcionales, los impresos en 3D, con proteínas de origen vegetal, celular o entomológico, con algas y con envases y embalajes inteligentes y reciclables.

Los retos de la alimentación implican a muchos profesionales, I+D+i y conocimiento y, por supuesto, mucha financiación que, entre los consumidores, los contribuyentes y las instituciones debemos asumir. El objetivo es conseguir entre todos alimentos al alcance de todos, seguros, de calidad, obtenidos de manera sostenible; y, por qué no, lograr una sociedad más feliz porque poder tener los nutrientes necesarios nos da vida y salud. Si además lo disfrutamos, pues mejor. ¡Buena feria!