Barcelona sigue defendiendo su posición como ciudad en la que se celebra el salón del automóvil más prestigioso de la península y uno de los destacados de Europa. El sábado se inauguró la edición del 2025 y no deja de tener mérito que aquel salón que dio sentido a la antigua Feria de Muestras, hasta el punto de que Barcelona fuese bautizada como ciudad de Ferias y Congresos, siga peleando por competir con los grandes salones internacionales pese a las dificultades de muchas compañías automovilísticas europeas.

Hablar del Automobile y no hacerlo de su alma mater sería injusto e incorrecto. Enrique Lacalle, presidente del salón, no ha dejado de impregnar a su gestión ese carácter intenso y decidido que le ha permitido sortear muchas dificultades para seguir presentando un salón atractivo para el ciudadano y relevante para la economía del sector.

Este año existe una presencia notable de la industria automovilística china y sus apuestas por el vehículo eléctrico y ausencias importantes de las firmas europeas. Es el signo de los tiempos, pero lo importante para la ciudad es seguir como referente en un sector de gran importancia económica. 

Lacalle además ha tenido que redoblar esfuerzos para lograr un salón competitivo. Buena visión de la jugada ha sido ofrecer recorrido a las compañías asiáticas para suplir a las históricas europeas y sutiles oficios para evitar que una importantísima marca automovilística nacional renunciara al Automobile, como tenía previsto. En el guiñol de las relaciones, Lacalle maneja los hilos como nadie.

De cara a la presencia económica internacional de la capital catalana, no adelgazar su empaque en las grandes ferias globales es clave para el proceso de recuperación económica que la ciudad tiene grabado a fuego en su hoja de ruta.

Tras varios años en los que nadie ha velado por las cosas importantes para la sociedad barcelonesa ahora es vital reconstruir puentes perdidos, mantener los liderazgos que se tenían y no perder el foco en las cuestiones trascendentales para diseñar un futuro más fructífero. 

Será clave que la ampliación del aeropuerto se convierta en una realidad y no en un arma arrojadiza de aquellos que apuestan constantemente por echarle agua al vino de la expansión económica. Pero también será importante que los principales sectores industriales de actividad sigan gozando de escaparates de campanillas, como pueden ser las citas del Mobile y las otras ferias importantes.

En el caso del Automobile se da la circunstancia adicional de que Barcelona disfrutará estos días de un salón fantástico para ver hacia dónde se dirige la industria automovilística, mientras en las calles de la ciudad el automóvil es un elemento ninguneado y casi perseguido. Curiosidades de las ciudades globales.