Ayer encontramos en Il Giornale, el diario conservador italiano, creado por Indro Montanelli, que lo dirigió hasta su fallecimiento, una noticia firmada por Francesca Galici bajo el título Baleares, Canarias y Andalucía: la geografía de los nuevos desembarcos en Europa.

A la señora Galici le sorprenden las imágenes, retransmitidas por televisión, de la llegada de una patera llena de inmigrantes ilegales a la playa de Palma de Mallorca: "Un video en particular llama inevitablemente la atención. Fue publicado el martes 13 de agosto y muestra un desembarco de 23 migrantes argelinos. La playa está llena de turistas, como es habitual en un caluroso verano español, y los migrantes se pasean tranquilamente entre ellos: algunos los graban, otros sonríen. Quien publicó el video, un facilitador, subrayó que el desembarco se realizó con un motor Yamaha de 50 caballos, un modelo fueraborda de baja potencia en el mar, que permitió realizar el trayecto entre Boumerdes, en Argelia, y la mayor de las islas Baleares. Esta no es una ruta común, el tramo de mar a recorrer es bastante amplio, pero el Mediterráneo, como es sabido, es una cuenca que ofrece cierto nivel de fiabilidad para la navegación".

Según el diario italiano, "las fronteras débiles del gobierno socialista hacen que España sea fácilmente penetrable y ahora que el gobierno italiano combate eficazmente la inmigración ilegal, los flujos han cambiado de destino".

Según el Gobierno italiano y la Agencia Europea de Guardia de las Fronteras y Costas (o sea, la guardia fronteriza), Frontex, este año los desembarcos en Italia –y en los Balcanes-- se han reducido en más del 60%, drástica caída en parte debida "a las medidas preventivas adoptadas por las autoridades en Libia y Túnez para obstaculizar las actividades de los traficantes".

En las costas italianas este año han desembarcado poco más de 37.6 mil migrantes, frente a los más de 100 mil del año anterior. "Pero los migrantes no se han detenido, han encontrado otras rutas, aprovechando la inacción del gobierno socialista español", dice Galici. "El resultado, como lo declaró el Ministerio del Interior español, es un aumento del 89.6% respecto al año pasado, con un incremento récord del 160.8% en las costas de las islas Canarias". 

"Su situación, a pocas decenas de kilómetros de las costas marroquíes en el lado atlántico, las hace también accesibles desde Senegal. No obstante, son cada vez más frecuentes los informes de desembarcos en las Baleares, especialmente en Cabrera y Mallorca, así como en el Continente. Alicante, Tarifa, Águilas son solo algunos de los recientes puntos de desembarco, pero toda la costa sureste de España ahora está expuesta a desembarcos masivos. Los flujos se han desplazado desde el Mediterráneo central al occidental y al Atlántico".

Me parece advertir cierta sorda satisfacción mal disimulada en la periodista de Il Giornale tanto por el éxito italiano en el freno a la llegada masiva de inmigrantes como por el fracaso español, satisfacción quizá debida a los frecuentes insultos de nuestra progresía a la presidenta Meloni, a la que la señora Galici se siente cercana. Pero con o sin sorda satisfacción, los datos de Frontex son los datos de Frontex. Dicho queda, aunque estoy convencido de que la inmigración masiva de africanos a Europa, sea beneficiosa o perjudicial para unos u otros, es imparable.