A la tercera va la vencida. La compañía catalana Europastry-Fripan, fabricante de pan y bollería congelados, está a punto de dar el salto a la bolsa. Si los planes trazados se cumplen, el mes que viene sus títulos se estrenarán con todos los honores en las pizarras de cambios.

Los tanteos preliminares le otorgan una valoración mínima de 2.000 millones. Los hermanos Jordi, Anna y Eva Gallés Gabarró se reparten el 73% del capital. Otro 7% está en manos de los ejecutivos del grupo, encabezados por el director general Jordi Morral Hospital, un histórico de la casa, director general desde hace dos décadas.

El 20% restante se halla en manos del consorcio inversor madrileño MCH, liderado por Jaime Hernández Soto y José María Muñoz Domínguez, que participa en Europastry desde 2011. Dada la brevedad de los plazos que las corporaciones de este ramo manejan para sus trasiegos, trece años son una eternidad.

No es la única vez que Europastry intenta colocar sus acciones entre los ahorradores privados, sino la tercera. Las dos anteriores se saldaron con sendos fiascos.

El primer ensayo ocurrió en 1998. El propietario y fundador Pere Gallés Payás lo tenía todo listo, pero hubo de abandonar la idea porque en aquel momento una crisis depresiva irrumpió en los foros bursátiles debido al desmoronamiento de las firmas tecnológicas.

El segundo asalto aconteció en 2007. En este caso el motivo del desengaño fue que las tasaciones que se barajaban no colmaron las expectativas de los socios.

Gallés falleció en 2010. Su red de industrias panificadoras pasó a manos de sus tres herederos: Jordi, Anna y Eva Gallés. Jordi empuña desde entonces las riendas de la gestión. Bajo su mandato, el tamaño del conglomerado se ha triplicado.

El movimiento que ahora bosqueja la compañía es muy similar al realizado por la perfumera Puig hace pocas semanas. Supuso un gran éxito para los 14 primos propietarios, pues los aupó a la categoría de flamantes multimillonarios en un abrir y cerrar de ojos.

Europastry lanzará dos ofertas públicas sucesivas, una de venta de acciones y otra de suscripción. La primera, por importe de 600 millones, significa una simple cesión de los títulos. La parte del león corresponde a MCH, que de esta forma podrá materializar las ansiadas plusvalías, a la vez que sale definitivamente del accionariado.

En cambio, la oferta de suscripción de nuevos títulos, cifrada en 225 millones, entraña la entrada de efectivo contante y sonante en la casa. Los recursos recaudados se aplicarán a acometer fuertes inversiones y aligerar la deuda bancaria, que ronda los 600 millones, el doble que los recursos propios consolidados.

Europastry tiene su cuartel general en Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Es un emporio manufacturero del mundo de los panes y los bollos helados. Su extenso acervo incluye 21 factorías en Europa y otras cinco en América, Asia y Oriente Medio. Sus panes precocinados se consumen en los supermercados, hoteles, restaurantes y bares de más de 80 países.

Una de las bazas más poderosas del grupo es el desarrollo constante de artículos innovadores, que le permiten estar a la vanguardia de su sector. Para ello no escatima gastos. Solo el último año invirtió 100 millones en investigación e introdujo en el mercado medio millar de primicias.

Su ascenso a la bolsa, si llega a formalizarse, hará factible que tanto el fondo de la Villa y Corte como los tres socios mayoritarios se lleven a la faltriquera sumas notables. De paso, coronará con broche de oro la magnífica trayectoria empresarial que el patriarca Pere Gallés inició en 1987.