La familia Masaveu, de Oviedo, amasa una de las mayores fortunas de España desde hace casi un siglo y medio. Discreta como pocas, huye de la publicidad y jamás concede entrevistas a los medios informativos. Va a lo suyo, a engrandecer los caudales heredados de sus ancestros.

A la vez, es una de las más madrugadoras a la hora de publicar sus cuentas. De ellas se desprende que el conglomerado presenta unas dimensiones espectaculares y unas magnitudes económicas deslumbrantes.

Abarca un centenar largo de compañías filiales y participadas. En conjunto reúnen al cierre del pasado ejercicio unos activos consolidados de 4.320 millones y unos recursos propios de 1.616.

El flujo de caja rebasa limpiamente los 100 millones y el beneficio neto ronda los 63. El estadillo adjunto resume la evolución en el curso del último lustro.

CORPORACIÓN MASAVEU (en millones de €)

Año Facturación Beneficio Patrimonio
2023 514 62,7 1.616
2022 484 48,8 1.595
2021 418 99 1.585
2020 357 43 1.530
2019 373 52 1.510

Los guarismos reseñados no reflejan con precisión la enorme influencia de esta casa, la más relevante del Principado de Asturias. De sus varias líneas de negocio son de subrayar las bodegas vinícolas, el cemento y la cal, los inmuebles, las inversiones financieras y las energías limpias.

Las tres postreras son las que manejan un mayor volumen de fondos. Así, el renglón de los bienes raíces incluye innumerables edificios en Oviedo y Madrid, amén de una batería de aparcamientos en diferentes capitales españolas. De un tiempo para acá centra sus esfuerzos en Estados Unidos, donde ya se ha hecho con cinco grandes bloques de oficinas en Houston, Washington, Dallas y Miami, arrendados sin excepción a firmas de primera fila.

Por su parte, la división financiera comprende paquetes de acciones de un 5% en Bankinter, Línea Directa Aseguradora y la transportista Logista, valorados en total en cerca de 500 millones.

Por último, su descollante participación en el sector de las energías alternativas engloba una extensa lista de parques fotovoltaicos en EEUU con una capacidad instalada de 382 MW, así como un lote del 7% del gigante Energías de Portugal, tercer generador eólico del mundo.

La dinastía Masaveu es oriunda del municipio barcelonés de Castellar del Vallès. Hay constancia de que Federico Masaveu Rivell ya poseía a mediados del siglo XIX plantaciones de viñedos en dicha población. Sus descendientes emigraron a Oviedo. Y en el curso de tres generaciones protagonizaron uno de los más insólitos procesos de enriquecimiento ocurridos nunca sobre la piel de toro, con una triple presencia en el comercio, la industria y la banca.

Los Masaveu residen a caballo de Oviedo y Madrid. Mantienen contra viento y marea la vetusta tradición catalana del “hereu”, por la que la jefatura del clan recae siempre en hijos varones.

Pedro Masaveu Peterson lideró el conglomerado hasta su muerte en 1993, sin descendencia.

Tomó entonces el relevo su primo hermano Elías Masaveu Alonso del Campo. Y cuando este pasó a mejor vida en 2005, la batuta fue para su hijo Fernando Masaveu Herrero.

Este y sus hermanos José, Carolina, María y Luis controlan cada uno el 10,7% de la holding o cabecera del grupo. Otro 41% se halla en manos de la poderosa Fundación María Cristina Masaveu, presidida, como no podía por menos de ser, por el varón Fernando.

La estirpe tiene delegada en profesionales la gestión de sus variopintos negocios. Se limita al cómodo deporte de vivir de las rentas, en particular de los dividendos, que año tras año son caudalosos. El ejercicio último la corporación repartió 54 millones. Con este refuerzo, la suma distribuida en el último decenio sube a 460 millones.

Masaveu encarna uno de los linajes de más rancio abolengo del país. Pese a su larga trayectoria, el consorcio empresarial está cada día más fuerte. Y sus reservados dueños nadan en una exuberancia esplendorosa.