Las recientes declaraciones del presidente del Grupo Volkswagen, en el que se engloba Seat, parecen anunciar el fin de la marca española… o no.

El sector del automóvil se encuentra inmerso en una transformación estructural que pone todo patas arriba. Por un lado, caen marcas tradicionales; por otro, surgen nuevas casi cada día. Decimos adiós a los motores de combustión, pero en realidad solo les decimos adiós en la Unión Europea, y está por ver si en toda. El deseo, plasmado de momento en regulación, de que a partir de 2035 solo se puedan vender coches eléctricos, ni siquiera híbridos, choca con la tozudez de la realidad de un cambio mucho más lento de lo previsto. El coche eléctrico sigue sin cuajar entre la ciudadanía por su precio y por la carencia de estaciones de carga. En países grandes y no muy ricos la transición al coche eléctrico en los plazos programados será lenta o simplemente imposible de completarse en su totalidad. Esperemos que el sentido común regrese en 2026, que es el primer momento para ratificar o retrasar la fecha objetivo.

Los fabricantes apuestan, aparentemente, todo al coche eléctrico, pero algunos ya dejan ver que se guardan alguna carta. Renault ha creado dos grupos, Ampere y Horse, uno, dedicado al coche 100% eléctrico; otro, a motores de bajo consumo e híbridos. Los planes de Ampere pasan por una salida a bolsa; los de Horse, con sede en España, por cierto, por un desarrollo conjunto con la mayor petrolera del mundo, Aramco, y un fabricante chino, Geely, quien también es el dueño de Volvo y Smart y accionista relevante de Mercedes, entre otras cosas. Este movimiento es realmente inteligente y muy probablemente el resto de fabricantes harán movimientos similares.

Asumiendo que todo coche de combustión interna, incluso los híbridos, tiene los días contados en Europa, no es así ni mucho menos en el resto del mundo. En Europa es más que probable que sea necesaria una moratoria porque no todos los países estarán preparados para un cambio tan radical y entre otras cosas sería absurdo prohibir la venta de coches nuevos, muy poco contaminantes, permitiendo la circulación y venta de coches antiguos, porque nada se dice, lógicamente, de la venta de vehículos de ocasión, más contaminantes. Pero si el final es en 2035 o más adelante no es previsible que ocurra lo mismo en casi ninguna parte del mundo que no sea Europa. Por tanto, los fabricantes globales generalistas deben jugar a una doble estrategia, como ya hace Renault.

No está claro que Seat sea la baza de combustión interna de Volkswagen, pero por qué no. El lanzamiento de Cupra ha sido todo un éxito y su imagen de marca es excepcional, muy ligada, por cierto, al atractivo de nuestra ciudad. La mutación de los coches de Seat Sport que emulaban a los de los rallys (de ahí el nombre de CupRacing) en coches atractivos per se, es un gran ejercicio de márketing que, si bien sigue la estela de otras marcas satélite deportivas como Abarth y Alpine, lo hace sin el pedigrí histórico de estas, pedigrí que también tienen marcas como Lancia y Alfa Romeo, ahora en fase de relanzamiento. Es curioso que frente a una fortísima concentración societaria se está produciendo una multiplicación de marcas para llenar cuantos más nichos de mercado mejor.

El presente, y probablemente el futuro, de Cupra es excepcional, llevando al grupo Seat a unos resultados económicos sin precedentes, y el futuro de la marca Seat está por escribir, puede que siga, puede que se transforme o puede que desaparezca. Lo importante es que en Martorell se sigan diseñando y fabricando coches del grupo Volkswagen, de la marca que sean. La nostalgia de la marca Seat es algo del pasado y la gran mayoría de sus clientes ni saben, ni les importa, que fue fundada en 1950, con Fiat como socio industrial e inspirador incluso de su antigua denominación Sociedad Española de Automóviles de Turismo. Hoy Seat ya no tiene otro significado que sus cuatro letras y su logo, estando volcado todo el grupo en el desarrollo de coches Cupra. Si algún día se pierde la marca no pasará nada si a cambio se mantiene entre nosotros una marca más atractiva y rentable.