Hoy en día la mayoría de los bienes que producimos llevan chips porque todo lleva algo de electrónica, más o menos sofisticada. Y. en este sentido, cuanto más pequeño sea el chip en nanómetros, más tecnología lleva y mayor inversión en su diseño y fabricación. La escasez de chips por motivos geoestratégicos ha hecho que fabricantes de automóviles (y de otros bienes) de todo el mundo estén suspendiendo su producción por la falta de los componentes necesarios. Estos días, parte de nuestra economía depende de un chip pero hay que decir que lo mismo puede pasar con otros productos como las baterías, los materiales críticos, la energía o la escasez de cereales. Y quizás podamos vivir sin tecnología, pero no sin alimentos.
En cuanto a los chips, las compañías con los más sofisticados del mundo, con chips de 3 a 6 nm, son Intel, Samsung y TSMC, pero si subimos a chips de nanómetros a milímetros, de entre 150 a 200 mm, entonces hay unas 500. Hace unos días, se celebró en Davos el encuentro anual del World Economic Forum, donde el presidente del Gobierno se reunió con empresas tecnológicas como Intel, Cisco, Micron Technology y Qualcomm. El motivo era captar inversiones tecnológicas de primer nivel para España, principalmente fábricas de chips, llevando como carta de estímulo 12.000 millones de euros en forma de PERTE de microelectrónica y semiconductores que no por casualidad se anunció unos días antes.
Con motivo de este evento, se ha anunciado una inversión conjunta de 400 millones de euros en 10 años a partes iguales entre Intel y el Gobierno español para poner en marcha un centro conjunto de Intel con el BSC (Barcelona Supercomputing Center) que supone una apuesta por la computación a zetaescala. Nada es casual y, como decía Picasso, que la inspiración nos encuentre trabajando. Si no existieran personas que llevan meses trabajando en el anonimato desde diferentes entidades, como el profesor Valero, persona reconocida internacionalmente por dichas compañías, el supercomputador y todo un ecosistema de centros tecnológicos, universidades y agentes de innovación, no hubiera habido acuerdo o supongo que habría sido más difícil.
Esta es una buena noticia, pero no suficiente ni mucho menos. Esto debería animar a crear una cadena de diseño, formación y promoción del talento, innovación y apuesta por empresas propias aquí además de atracción de otras compañías internacionales tal y como indica el PERTE, y un ecosistema así no se improvisa y tiene una escala europea.
Cuando hablamos de chips, hablamos de muchos productos y, por tanto, por mucha fabrica que implantemos, siempre dependeremos de algún producto de fuera, pero la Comisión Europea quiere aumentar la producción actual del 9% al 20% en la próxima década y es por ello que ha aprobado el European Chips Act, que pretende movilizar 43.000 millones de euros.
Hoy en día, no es suficiente con tener terrenos adecuados que se pueden encontrar en cualquier lugar del mundo, sino personas con talento, un ecosistema de innovación de apoyo y una cadena de proveedores y clientes cercana, porque la carrera es mundial y por eso Biden ha visitado Samsung en Corea que, al igual que TSMC, implantarán una fábrica de 17.000 millones de dólares en Estados Unidos, y quiere poner en marcha una iniciativa que contempla 90.000 millones de dólares en investigación, desarrollo y fabricación de chips y en la cadena de suministros.
Cataluña tenía un ecosistema de microelectrónica potente pero la deslocalización y la falta de inversión en innovación e industria desplazó las fábricas y los ingenieros. Donde hubo fuego, cenizas quedan, y donde hubo conocimiento, especialistas quedan, y tenemos una oportunidad porque disponemos del entorno, hay iniciativas como el Fabcat.eu, hay especialistas, personas formadas y comprometidas, empresas propias y tejido industrial que, si trabaja conjuntamente, puede conseguir ser el dueño de su propio destino como región de talento, conocimiento e industria.
PD: En la era del humanismo tecnológico, cuidado con los tóxicos, troyanos y trolls; rodeaos de sinergentes que siempre suman aptitudes, equipo y valores.