Estamos en el limbo. En España, me refiero. Cada vez tenemos menos donde mirar. Vamos de chapuza en chapuza, por no utilizar otra frase. La pandemia aumenta. Las vacunas son pocas y no se administran bien. Nieva y a los mandatarios se les nubla la vista y no saben qué hacer. No hacen nada. La guerra entre Moncloa y Consejo General de los jueces sigue buscando un ganador. Y como teníamos poco pues va el Govern y retrasa las elecciones catalanas. Llega el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y dice que nada de retrasos, en el día marcado, o sea el 14 de febrero, día de San Valentín. Por eso de recuperar el amor. Todos a votar y a quererse. Independentistas y los demás. Amor. Pero no les ha gustado a los independentistas. Si la ley marca unos plazos habrá que cumplirlos, ¿o no? Depende el interés. A eso juega ERC. Y a que haya amnistía y Junqueras encabece la lista electoral. ¿También nos saltamos otra ley?
Un día unos y otro día otros. Un día una ley y otro día otra ley. Los políticos se saltan las leyes según sus intereses y según les convenga. En vez de dar ejemplo, hacen todo lo contrario. A su interés. Olvidando los colores tenemos una clase política como para echar a correr. Y no parar. Siempre ha ocurrido lo mismo a lo largo de la historia. En las mayores crisis, los peores políticos. Siempre toca a los más ineptos dirigir las grandes adversidades. Lo vemos todos los días. Incluso las pequeñas adversidades se convierten en grandes. Por la ineficacia y su falta de preparación. Caen cuatro copos de nieve y se convierten en una catástrofe de semanas. Se suspende el aplazamiento de las elecciones el 14F y la incompetencia de ERC y JxCat se manifiesta en todo su esplendor. Incluso cuando maniobran para boicotear la llamada ‘Operación Illa’. La reacción independentista ha sido la misma de siempre, el victimismo. Siempre igual. Van de víctimas. Salgan ya de las cavernas y jueguen de cara, ya es hora.
¿Por qué se han aplazado las elecciones en Cataluña? Las respuesta más clara es porque las encuestas no eran, o son, lo suficientemente favorables al independentismo. Tal vez en Cataluña den otra respuesta. Fuera de Cataluña esa es la ganadora. Pues suspendemos el mayor derecho democrático, que es votar. Lo que faltaba. Si la pandemia ya causa mucha incertidumbre ahora le añadimos mayor desasosiego a causa de la política. Ya han empezado a intoxicar. Desde Esquerra susurran que esto se asemeja a un 155 encubierto. No importan las vidas. Parece que de lo único que se preocupan es de salvar votos. Quiere ERC, además, demostrar que sí es capaz de gestionar bien la Generalitat, ahora que tiene la presidencia. Por si había dudas, que sí que las había y las hay. Faltan Junqueras y Tardà en la dirección. Pero todo se andará.
Porque antes del 30 de mayo puede haber amnistía. No indulto. No. amnisEn ERC quieren amnistía. Total limpieza para Junqueras y que pueda presentarse a las elecciones encabezando la lista. Y ser el President, si gana. Y trabajar por la independencia de Cataluña. Ese es el guión. Pero en mayo nadie garantiza que la pandemia esté superada. Y ahora su presidente de mesa no corre mayor riesgo que un cajero de supermercado y que cualquier ciudadano en su traslado al trabajo. Por lo tanto nadie entiende que se suspendan las elecciones catalanas. Aunque hay opiniones para todos los gustos. Hay quien defiende que la causa ha sido que el Govern no estaba preparado y no ha dispuesto las herramientas necesarias para garantizar el voto de todos los ciudadanos. Incapacidad del mismo. Luego aparecen los intereses. Pero eso lo tienen todos los partidos.
Incluso los que mandan en Madrid. El presidente Sánchez aceptó en principio el aplazamiento de las elecciones. Porque observó que Iglesias y Colau estaban a favor del retraso. No quiso quedarse fuera. Otra chapuza más. Nadie entiende a qué juegan Sánchez e Iglesias. Desaparecen, aparecen. Se aman, se odian. También en Madrid hay una chapuza de gobierno que nos debe preocupar a todos los ciudadanos. Crisis sanitaria, adelantar el ‘toque de queda’, retraso de vacunas, temporal de nieve, el Poder Judicial, la Monarquía, la crisis económica y el desafío catalán. ¿Adónde vamos? ¿Llegaremos a la primavera en paz y orden o saldrán más chapuzas nacionales? Cada semana aparece una chapuza para tapar la anterior. Seguro que seguirá en mismo ritmo. Chapuzas, nada de soluciones. Y, cuidado, la ruptura de la coalición gubernamental se aproxima. Por interés de Iglesias, que es quien dirige.
Pues ahora Sánchez ha cambiado de parecer. Será que el CIS da ganador al PSC. Quiere las elecciones el 14F. “Cataluña tiene una gran oportunidad de recuperación, pero necesita cuanto antes un gobierno con plenas facultades y competencias”, ha dicho el presidente. ¿Qué dirán los tribunales? Pere Aragonés, President en funciones, prepara el terreno para deslegitimar las elecciones y alerta que puede haber mucha abstención si se celebran las mismas el 14F. Una forma de presionar al tribunal. Mientras, hay batalla. La oposición ataca al Govern por la “chapuza” del decreto. Vamos de chapuza en chapuza. Tanto a nivel nacional como autonómico. Miedo da el año que termina de empezar. ¡Vaya año nos espera! De chapuza en chapuza.