No nombre usted el mes de mayo, por favor. Así suplican algunos diputados del PSOE. Temblor. Nombras el mes y les entra temblor. Porque tienen miedo a dos cosas: al batacazo que prevén en las elecciones municipales ya convocadas y a que Pedro Sánchez convoque las Elecciones Generales en mismo día que las anteriores. Pedro ya ha dicho que ese día no. Pero no por repetido dejan de temblar. Los barones socialistas no caben en la camisa. Cuando los trigos encañan y están los campos en flor no quieren oír a la calandria cantar en el mes de mayo. No lo nombren, por favor.
No ha llegado mayo y a la gran cerveza andaluza Cruz-Campo, o sea Susana Díaz, que a nadie le gusta de Despeñaperros para arriba, ya la han echado de la presidencia andaluza, ya la han largado del palacio de San Telmo. Fin de ciclo. Y se va metiendo ruido. ¡Qué elegancia! ¡Olé, Susana! Ya Pedro anda buscando sustituto. Adiós Susana. Tantos años y sin otra profesión, los políticos socialistas andaluces se habían creído que los cargos eran hereditarios. Pues no. Todo llega y en Andalucía ha llegado el fin de ciclo. Aunque sorprenda ver a Juan Manuel Moreno de presidente con 26 escaños y no a Javier Arenas que sacó 50 escaños. Cosas de la política y de las matemáticas.
Que por mayo era, y será cuando brille la luz sobre el año electoral. ¡Vaya año! No se recuerda otro. Puede ser el final y el principio de una nueva era.
Se verá en mayo cómo piensan los ciudadanos de ese partido llamado Ciudadanos que cada día baila con una pareja distinta. Ayer con el PSOE, hoy con el PP, mañana… ¿Mañana? Mayo nos dará la respuesta. Mismo mes en el que Pablo Casado, el nuevo líder del PP que se amamanta en Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre, se enterará de lo que piensa el electorado conservador de su tan promocionado regreso a las esencias del PP. Lo mismo las esencias se las lleva Vox y el PP coge ruta a una nueva refundación con Feijóo y Alonso como cabezas pensantes. Cuidado Pablo, que el néctar puede estar en la flor de Vox.
Y será en mayo cuando los ciudadanos, los cabreados en 2010 con Zapatero, dirán si su apuesta por Podemos sigue en pie o ya se han cansado de Pablo Manuel Iglesias. Puede que Iglesias haya sido flor de un día, flor de una legislatura de doble página que le ayudó a sobrevivir incluso a los suyos. No queda nadie a su lado de los primeros compañeros con quienes rompió el bipartidismo político de España. Ni Errejón, ni Bescansa, ni Tania están ya a su lado. Ha caído en la cuneta que quería evitar. Ha envejecido mucho más rápido que sus votantes. Se ha acomodado en todo lo que quería eliminar. Una silla en el Congreso y a vivir que son dos días.
Y será en mayo, --¡no lo nombres, por Dios!--, cuando se verá qué cosecha ha conseguido Pedro Sánchez, a la sazón presidente del Gobierno de España, de su primer año. Siguen temblando Page, Fernández Vara, Ximo Puig, Javier Fernández, Javier Lambán… y Susana, aunque esté de vacaciones. Porque la negociación con los partidos independentistas y el aumento de dinero en los presupuestos para los mismos es algo que no gusta nada, pero nada, en el resto de España. Y pasará factura. "Todo para los catalanes con tal de seguir en Moncloa" es la frase más repetida y escuchada en cualquier barra de bar. "Pues se va a enterar este cabronazo. Lo va a votar su padre", se repite cada instante. Solo poner la oreja y uno sale más preocupado que Page y Vara. Mayo dará la solución. Esa negociación con los independentistas… ¡Ay! Causa dolor.
Porque Sánchez no negocia con Tardà y Campuzano. Sánchez negocia con Junqueras y Puigdemont. Uno en la cárcel y el otro huido en Waterloo. Eso es lo que duele a los ciudadanos españoles. Que se salta la ley hasta el presidente del gobierno. Sin garantía de triunfo. Porque el incremento inversor del Estado en Cataluña duele de verdad en España. ¿A qué esperan las demás Comunidades Autónomas? Pedir independencia y aumentan las inversiones. Llueve el dinero. ¡Vamos! Se incrementa un 18% la inversión del Estado, el Estado opresor, en la República Soberana de Cataluña. Y el independentismo rechaza el gesto. Quieren más. ¡Anda! Dicen que el Estatut necesita más. Ahora sí les vale el Estatut. Pues los ciudadanos del resto de España no pierden nota. En mayo dirán los que piensan.
Porque estos presupuestos es un premio a los nacionalistas. Un premio a Tezanos por hundir el CIS y decir que siempre gana Pedro. Un premio para los viajes de Sánchez y su Falcon. Un viaje cada diez días. Que no se enfríe el Falcon no vaya a ser que mayo nos recorte el combustible. No vaya a ser que cualquier niñato, llámese Casado o Riverita, mate el avecilla que cantaba al albor. "Matómela un ballestero; dele Dios mal galardón". Mayo marcará el futuro.