Cambia el gobierno. Pero no cambia TVE, la televisión pública, de todos los españoles y que todos pagamos. Tampoco le vendría mal a las privadas cambiar su información, pero como son privadas pueden hacer de su capa un sayo y seguir ganando dinero, que para eso Zapatero les regaló la publicidad, la forma de vida, quitándosela a la TV pública. Así toda la publicidad para ellas, las privadas, sin tener competencia. A eso se llama libre mercado, sí señor Zapatero. Te podías haber quedado en León de carretillero. La información es igual de sesgada en unas televisiones como en otras. Pero nos ocupa la pública.
Porque siguen informando mal, con alevosía y premeditación. No se puede decir, un día sí y otro también, que el nuevo gobierno “es ilegítimo”. Porque no es verdad. Y lo saben. Peor. No dice eso la ley. Premeditadamente informan con falsedad y lo mantienen. Lo mantienen con tertulianos (salvo algunos) que corean la falsedad. En 24 Horas rayan la ignominia. “Gobierno ilegítimo”; “gobierno con separatistas”; “mejor elecciones que este Gobierno”, etc. Repiten una y otra vez para que penetre en el cerebro de los espectadores, porque saben muy bien que la tele es quien más influye. “Lo dijo la tele”… y va a misa. Punto y aparte.
No se puede poner en duda la legitimidad del Gobierno de Pedro Sánchez porque es poner en duda la ley. Y tanto como se apoyan en Cataluña con la ley, apóyense los del PP en la ley también en el Congreso. Parece que la desconocen. O no les interesa conocerla. Si no es de su gusto han tenido mucho tiempo en cambiarla. Mucho. Porque al presidente del Gobierno lo eligen los diputados del Congreso. No los ciudadanos. Si 176 diputados se ponen de acuerdo le pueden elegir presidente del Gobierno a usted querido lector. Sin necesidad de ser diputado. ¿No les gusta ahora la ley, tras la moción de censura? Haberla cambiado. Tiempo han tenido. Y gran mayoría en la legislatura del 2011-2015. En el primer año de la XII Legislatura, el Congreso, ¡qué vergüenza!, sólo aprobó ocho leyes. Gran trabajo, sí, señores del PP. Holgazanear y vetar las iniciativas de los contrarios.
Hasta la propia Celia Villalobos, diputada por Málaga del PP y gran vividora del Congreso, ha puesto en duda la legitimidad del nuevo gobierno en un programa de A3. Mantuvo que es un “Gobierno legal pero ilegítimo porque no ha ganado unas solas elecciones”. De vergüenza. Mucha vergüenza da escuchar a una de las diputadas que más años llevan viviendo del Congreso decir tal sandez. No se ha leído la Constitución. Artículo 113 y siguientes. No se ha leído nada. ¡Olé por la Villalobos! Con seguir ahí y mentir a la audiencia para que la sigan votando le vale. Ejemplo impresentable del PP. Requiere renovarse o morir. Que decidan ahora que están liberados de comidas y largas sobremesas con chupitos.
Un día y otro y otro... Repiten las mismas falsedades, tanto en informativos como en sus programas de tertulianos y vividores. Y siguen sin cambiar. La nueva ley de TV bajo el asiento de la presidenta y... seguimos. Somos los más guapos. Porque podemos recordar, sin aburrir, cómo no se ha cumplido con el deber de servicio público al informar sobre el caso Bárcenas, la declaración de María Dolores Cospedal, los gráficos sobre intención de voto en 24 Horas o las cifras de paro; las grabaciones del ministro Fernández Díaz y Daniel de Alfonso, el director de la Oficina Antifraude de Cataluña. Seguro que lo recuerdan. No mencionemos la información sobre la declaración de Rajoy en el juicio a la Gürtel. ¡Qué desastre! Las órdenes de Carmen Sastre. Y, se supone, del amigo Gundín, director de informativos de TVE. Ya vale. Para qué hablar de la cobertura del 1-O y de la declaración de Correa sobre Rajoy que nunca se ha visto. O el caso Cifuentes. Son innumerables los casos falseados. ¿No hay ley que penalice esto? Que la hagan.
Basura informativa. Eso nos vende la TVE al servicio del poder. Sigue engañando a los ciudadanos. Sobre todo a los ciudadanos humildes de los pueblos que no tienen otros medios de informarse más que a través del telediario. Son muchos pueblos. Miles de ciudadanos. La ley también está hecha para la TV y para los diputados. Que la aprendan. Y digan lo que está escrito, no lo que le ordenan desde Moncloa. El mes pasado o el próximo mes. Con Mariano o con Sánchez. Da igual. Ya es hora de cambiar. Y de ser honestos.