El INE publicó la pasada semana los datos de coyuntura hotelera. Es seguramente una de las mejores estadísticas sectoriales en España y en el mundo. Las pernoctaciones hoteleras en Barcelona prácticamente siguen estancadas desde el pasado verano. En el segundo semestre del año, el atentado (en agosto), la declaración unilateral de independencia (DUI) y el caos que generó desde septiembre hasta final de año explicaron la causa del estancamiento.
En enero y febrero las pernoctaciones en Barcelona fueron las mismas que en los mismos meses de 2017. Por lo tanto, ya no son la causa que explica el estancamiento. Como se puede observar en el gráfico siguiente, Barcelona tuvo en esos meses un número de pernoctaciones ligeramente inferior a Madrid, a pesar de tener en febrero el Mobile World Congress, una de las ferias de tecnología más importantes del mundo.
Madrid y Málaga tuvieron crecimiento de pernoctaciones del 4% y Valencia del 10%, como se observa en el gráfico de debajo. A la espera de que se confirme, la tendencia parece evidente: Barcelona ha desplazado turistas y Valencia es la ciudad más beneficiada.
El riesgo sigue siendo que el proceso independentista siga y vuelvan a declarar otra DUI y vuelva el caos. Ya sabemos que la fuga de depósitos fue de 31.000 millones, o sea, el 15% del PIB catalán. Por tener sentido de la magnitud, la crisis de Argentina en 2001 y la de México en 1994 provocaron una fuga de capitales del 10% de su PIB. Si el caos generado por la DUI les pilla fuera del euro y con un catcoin --como propuso Junqueras--, los catalanes habrían sufrido otra crisis similar a la que padecieron entre 2008 y 2013, y de la que aún cientos de miles de catalaes aún no se han recuperado.
Otra gran riesgo para Barcelona es que en febrero de 2019 el Mobile World Congress se haga en otra ciudad del mundo. Si eso pasa, veremos una caída de pernoctaciones y de empleo de barceloneses. Seguramente en las encuestas sus ciudadanos pasarían de estar preocupados por la saturación turística a preocuparse del empleo como sucedía en lo peor de la crisis.
El riesgo sigue siendo que el proceso independentista siga y vuelvan a declarar otra DUI y vuelva el caos
Y si el Mobile se va, coincidiría en plena campaña de elecciones municipales, lo cual debería penalizar a Ada Colau que, desde que llegó al ayuntamiento, se ha dedicado a poner palos en las ruedas para la celebración de la feria en su ciudad.
Por el bien de todos los barceloneses, los que son independentistas y los que no lo son, mantengamos los dedos cruzados para que esos dos riesgos no sean una realidad.