El pasado domingo volaba a EEUU y en el aeropuerto de Barajas vi una versión europea del China Daily en inglés. A este economista observador le encanta leer todo lo que sea actualidad y mucho más si viene de China y Asia. La portada se centraba en la reciente cumbre con 16 países de Europa central y del este con China en Budapest. La mayoría de esos países son miembros de la Unión Europea, desde las repúblicas bálticas a Polonia, pasando por Chequia, Bulgaria, Rumanía y las repúblicas de la antigua Yugoslavia.
1. Cómo la economía china aprovecha el comercio bilateral
El principal interés es desarrollar el comercio bilateral. Con la ronda Doha de comercio multilateral congelada y Trump optando por el proteccionismo, China está aprovechando para aumentar el comercio bilateral. Su prioridad por orden es: Asia, Latam, África y ahora entran en zona europea. En el gráfico de debajo se observa cómo el comercio bilateral China-Europa del este se ha doblado en el lustro 2009-2014, y cómo las exportaciones de los países europeos al gigante asiático se han triplicado. Por lo tanto, las dos partes se benefician y crean empleo gracias al comercio.
El otro interés de la economía china son las inversiones, especialmente en infraestructura y en logística. El mapa de debajo es una foto que mostraba el diario chino. Se observa que su prioridad es la gran autopista del mar que va desde China hasta el canal de Suez, pasando por el estrecho de Gibraltar hasta el canal de Panamá. Los chinos destacan dos grandes puertos en el estrecho: Algeciras y Tánger. Y el otro interés es el ferrocarril para transportar mercancías por Europa y Asia central hasta el sudeste de China.
China tiene interés en el desarrollo logístico de estos países para colocar sus productos, pero todos se benefician del crecimiento del consumo privado en China (10% anual). Además China, que acumula las mayores de reservas de divisas del mundo (3 billones de dólares), se ha cansado de comprar bonos a tipos del 0% o negativos y les presta el dinero a estos países para el desarrollo de infraestructuras. Han creado dos bancos de desarrollo y tienen intención de invertir 200.000 millones de dólares en los próximos años. Y encima, las constructoras chinas desarrollan los proyectos.
2. Y mientras en Europa...
En Europa la Comisión propuso un plan Juncker para el desarrollo de infraestructuras públicas por 60.000 millones de euros y los países liderados por Alemania no lo consideraron necesario. Mirando el mapa, España queda fuera de la ruta de ferrocarril dibujada por China, lo cual debería preocuparnos. Algeciras, el gran puerto español y del sur de Europa, es una isla sin conexión de catenaria eléctrica para su línea férrea.
En 2016 Rajoy invirtió tan sólo 1.300 millones en infraestructuras, la mitad que invirtió Zapatero en 2011 y una décima parte de la inversión de 2008, antes de la crisis. China es un gigante que estuvo dormido durante 200 años, pero ha despertado. Su ambición es ser líder económico mundial. Aún les queda camino por recorrer ya que su renta por habitante es inferior a 20.000 dólares, pero tienen un plan y lo ejecutan a toda velocidad.
3. China: una oportunidad que España deja escapar
España tiene pendiente el desarrollo del arco mediterráneo, la zona que concentra buena parte de nuestra industria. Pero el coste previsto es de 50.000 millones y llevará años ejecutarlo. Sin embargo, modernizar el corredor central y conectar Algeciras con centro Europa y la nueva ruta de China costaría unos 500 millones y se podría ejecutar en menos de un año.
La decisión es ejecutar esa obra o dejar que Tánger sea el hub logístico del estrecho. Mientras los españoles consumimos la mayor parte de nuestras energías en la crisis catalana, el mundo se mueve a toda velocidad y el eje pivota al este y al sur. Los independentistas catalanes pueden comprobar que Barcelona no está en el mapa de prioridades de los chinos.