Pedro Sánchez es tan cadáver político como ZP. A Zapatero le dejó KO la pulmonía doble, que como galerna del Cantábrico azotó a España en el 2008, procedente de los vientos del oeste de Lehman Brothers.
A Sánchez le noqueó la célebre entrevista de Jordi Évole en La Sexta. Este artículo lo tenía esbozado en la mente. He dejado pasar el tiempo por una doble razón: la dictadura de la actualidad que nos impele, y que al interfecto le tengo en el congelador, y me ocupa mucho espacio.
Sé que la militancia socialista en general le tiene, o le tenía, mucho aprecio, especialmente Miquel Iceta y su PSC, pero los sanchistas lo tienen crudo porque Pedro ha perdido las llaves de su reino. Las tiene a buen recaudo Juan Luis Cebrián, el amo del cortijo del Grupo Prisa, y la niña de sus ojos: El País.
En estos condenados tiempos de agonía de la prensa de papel, las acusaciones de Sánchez hacia el diario preferido por los socialistas no se las iba a perdonar el toro herido
Reconozco que Évole se portó como José Tomás en los ruedos; cuando embiste el toro el silencio de la plaza estremece ante la esfinge apolínea y queda del torero de Galapagar. Esa sensación la sentí, en la sombra de mi sofá, y también los sanchistas con sudor frio, viendo que Pedro Sánchez le ponía las banderillas al miura del diario de Cebrián.
En estos condenados tiempos de agonía de la prensa de papel, las acusaciones de Sánchez hacia el diario preferido por los socialistas no se las iba a perdonar el toro herido. El único diario impreso de la progresía española.
Igual que por la boca muere el pez, por la boca sangra el toro cuando lo descabellan, pero en esta corrida televisada la mano que empuñó el descabello no fue diestra, impropia de José Tomás.
No fue esa tarde, sino el día en que el comité federal del PSOE aprobó por unanimidad el ‘"no es no" a Rajoy sin plan B, si no se quería ir a unas terceras elecciones que hubieran sido letales para los socialistas.
¿Por qué lo hicieron? La respuesta moralmente es peor que el error de la estrategia: por cobardía. Los miembros del comité federal que preferían el mal menor, abstenerse, sabían que si lo manifestaban iban a ser señalados como troyanos, y traidores a la causa socialista; y si triunfaba la tesis del secretario general, antes o después, iban a ser purgados.
La dialéctica dice que el rival natural de la izquierda es la derecha. La práctica demuestra que el enemigo del socialismo institucional es el neocomunismo de Pablo Iglesias
La bicha estaba en el PSOE de Andalucía. Susana es la abeja reina.
Hay que respirar Andalucía para transpirar esa tradicional pugna ideológica encarnizada entre la socialdemocracia (PSOE) y el neocomunismo (Podemos). Una cosa es la dialéctica política y otra la práctica. La dialéctica dice que el rival natural de la izquierda es la derecha. Sin embargo, la práctica demuestra que el enemigo del socialismo institucional es el neocomunismo de Pablo Iglesias, que aspira a conquistar el Palacio de Invierno de los socialdemócratas.
Por eso ha caído Pedro Sánchez.
El sudor frio de sus seguidores se produjo al descubrir en directo, gracias al exfollonero de Buenafuente, que su líder tenía los pies de barro al culpar al amo de su cortijo mediático de estar detrás de sus desgracias. Bueno es saberlo antes que no sea demasiado tarde...