El último viernes, 4N, salió el coro de Dolorosas del Procés enlutadas rasgándose las vestiduras porque los Mossos d'Esquadra se habían presentado a las siete de la mañana en el domicilio de la alcaldesa de Berga, la cupaire Montserrat Venturós, presidenta por un día de la República cantonal de Berga, para retenerla y llevarla ante el juez de instrucción y tomarle declaración por el desacato de haberse pasado por sus ovarios la decisión de la Junta Electoral, al no haber retirado la estelada del pueblo de la Patum en las elecciones del pasado año, el 27S y el 20D.
Sí, este año la Patum política, versión 2.0, se festejó en la capital del Berguedà. Hace un siglo capital decimonónica del carlismo catalán, y hoy convertida por los biznietos de los viejos requetés en la vanguardia cupaire y el no va más del sarao gay de Cataluña. Supera a Sitges con sólo ver la página promocional del Ajuntament de Venturós que alardea, en su reclamo turístico promocional, de sus videos gay, videos porno y XXX (no es broma) que deben remover en sus nichos los esqueletos de sus antepasados de boina roja.
Este año la Patum política, versión 2.0, se festejó en la capital del Berguedà, hace un siglo capital decimonónica del carlismo catalán
Al día siguiente, los de la CUP advertían al Govern que por esta vía no iban a querer saber nada de los presupuestos rechazados de 2016, pese a la amenaza del paisano de Girona de convocar unas nuevas elecciones autonómicas para superar estos cinco años de la marmota, que los sesudos ideólogos de la claca indepe han bautizado eufemísticamente como la "revolución de las sonrisas". A mí me recuerda a la siniestra sonrisa del Joker en El caballero oscuro que echó Antena 3 en la noche de Todos los Santos y madrugada de Día de Difuntos.
La corte indepe saltó a degüello contra el Gobierno en funciones y el sistema judicial, acusando a España que era un Estado represivo que perseguía no delitos sino opiniones democráticas, y que no sólo vulneraban la libertad de expresión sino también la libertad de conciencia. Palabras pronunciadas por la hooligan, la cara social del Govern, la ex sindicalista Neus Munté.
Pervierten la realidad con trucos pirotécnicos; cuentos chinos importados de un Todo a 100. ¿Porque cómo tiene que responder la institución judicial a un auto que ha pasado a horcajadas de la mula de Berga? ¿Agachando los orejas ante la chulería indepe?
Los independentistas pervierten la realidad con trucos pirotécnicos
Es como si yo, que no me gustan los Presupuestos Generales del Estado, porque querría más gasto social y menos prebendas políticas (doy por seguro que aún me gustarán menos los del próximo año por el recorte de 5.000 millones de euros exigidos por Bruselas), decidiera haciendo uso de mi libertad de conciencia --como planteaba la Munté-- el próximo ejercicio no hacer la declaración de la renta en rechazo a una política económica que sólo satisface los intereses de la banca y el Ibex 35, como con toda seguridad dirán Pablo Iglesias y sus adláteres en este esperpéntico plató de televisión en que se ha convertido la política en España.
Si lo hiciera, sería multado y nadie saldría en defensa de mi libertad de conciencia. Mis amigos de confianza me dirían si he perdido la entendedera. Es la diferencia con la panda de la sonrisa.