Así no, Gabarró
Gas Natural es una de las grandes empresas del país. Las cifras del cierre del ejercicio 2015 que se presentaron este miércoles en Barcelona ante la junta general de accionistas fueron buenas. Muy buenas, si se comparan con las de otras compañías de perímetro similar y del mismo sector, tal y como los miembros de la junta directiva destacaron primero ante la prensa y, después, ante los accionistas.
La puesta en escena estuvo a la altura la compañía; el mensaje que trasladó Gabarró a los medios venidos de toda España ya no tanto
La puesta en escena de la junta estuvo a la altura de una compañía con 1.000 millones de euros de capital social. El mensaje, especialmente el que se trasladó ante los medios venidos de toda España, ya no tanto.
La gasista está en un impasse en el liderazgo, y su presidente, Salvador Gabarró, no se molestó en disimular los comentarios fuera de los focos: que su silla es una en las que podría recalar el presidente del grupo La Caixa, Isidro Fainé, cuando deje Caixabank por exigencias legales del regulador. Debe tomar la decisión a lo largo de mayo y supondrá un movimiento de fichas en todas las empresas que están en la órbita del grupo financiero. Gas Natural entre ellas.
Gabarró ha sido, explican los accionistas y los analistas, un buen presidente para la compañía. Él mismo aplaudió el tándem que formó durante años con Rafael Villaseca (el cargo de consejero delegado es designado por Repsol, otro accionista de referencia) pero la imagen final que dio el empresario aún en activo fue que estaba allí para guardar la silla a la misma persona que le puso en su día en su cargo.
¿No se debería pedir más a los grandes empresarios del país, y especialmente al de una empresa cotizada?
