Mas gana las elecciones y pierde el plebiscito, según la mayoría de las televisiones
Las mismas razones que impiden publicar sondeos en la última semana de la campaña electoral (norma que nos pasamos por el arco del triunfo con la encuesta andorrana de El Periódico) deberían evitar que las noches electorales empezaran en televisión antes de tiempo. A las ocho de la tarde del 27S, Cataluña era una insurrección independentista, republicana, revolucionaria. Había una mayoría aplastante a favor de la ruptura con España, unos porcentajes de votos y escaños inapelables e implacables.
A las ocho de la tarde del 27S, Cataluña era una insurrección independentista, republicana, revolucionaria. Había una mayoría aplastante a favor de la ruptura con España. Con más de la mitad de los votos escrutados ya no había para tanto
Cinco cadenas de televisión seguían los primeros pasos del escrutinio, La 1, Cuatro, La Sexta. 8TV y TV3, la oficial, de cuya israelita colgaban los comentarios de los tertulianos de todas las teles. De ese sondeo a pie de urna se establecía no sólo una holgada mayoría absoluta de Junts pel Sí y las CUP, que superaban al PP y a los podemistas de Franco Rabell, sino que el mal menor sería organizar a toda prisa un referéndum a la escocesa para intentar parar el descalabro.
Con más de la mitad de los votos escrutados ya no había para tanto. Junts pel Sí tenía 62 diputados y las CUP, 10. Hasta el PP tenía un escaño más que los separatistas antisistema y los antisistema de Podemos. El baile de Iceta le había llevado a un resultado mejor del que le deparaban los sondeos, con 16 diputados. Y Ciudadanos se erige en la oposición, pasando de nueve a 25 diputados. Con todo eso, los tertulianos empezaban a no saber en qué jardín se habían metido.
En el tramo final del escrutinio, la reacción de Junts pel Sí se sobrepuso a la realidad. Se debatían entre los 62/63 escaños, menos que la suma de ambos en las elecciones de 2012 (50 CiU y 21 ERC). La CUP, con 9/10 diputados, el farolillo rojo del Parlamento catalán, fue la gran beneficiada de la pérdida de votos. Unió ha desaparecido y el independentismo que hace tres años sumaba 74 diputados perdía posiciones.
Ciudadanos confirmaba la segunda posición que le predecían las encuestas y PP y los podemitas catalanes parecían los grandes derrotados de la noche. A favor de los populares, haber quedado un escaño por delante, con 11, que las CUP. Ese detalle les saca de la marginalidad, aunque Ciudadanos les ha suplido como referencia de la oposición al nacionalismo, lo que puede tener serias consecuencias en las próximas elecciones generales.
Poco después de las diez de la noche, Junts pel Sí celebraba con sus fervientes partidarios su triunfo en escaños. Se vindicaron vencedores también en votos. Una nueva falsedad. Esa plataforma y las CUP sumaban el 47,52% de los votos. El resto de los partidos, 52,42%. Si hubiera sido un plebiscito, Mas sería historia. Y tal como vayan las cosas, puede que no le valga la abstención de la CUP para renovar poltrona.