El independentismo no representa a la mayoría de catalanes
Los resultados de las elecciones de esta noche, escrutado el 92% a la hora de esta crónica de urgencia, tienen una lectura principal: el independentismo no alcanza el 50% de los votos y el conjunto de los partidos independentistas han perdido dos escaños respecto a las anteriores elecciones.
Si entramos a analizar partido por partido, Mas y Junqueras han sufrido un duro retroceso. A pesar de su voluntad de convertirse en el movimiento nacional, han pasado de 71 escaños a 62 escaños y alcanzan la mayoría absoluta solo gracias a la suma de la CUP, una formación de extrema izquierda partidaria de salir de la UE y de la OTAN. Además, los de la CUP han dicho que no piensan investir al hasta ahora presidente.
El nacionalismo tendrá que explicar a los que piensan que mañana Cataluña ya será independiente que la cosa va para largo. La frustración va a aflorar pasada la euforía ficticia de la noche electoral
Mas ha consumado la destrucción de su partido CDC. Solo hace falta recordar que CiU, sola, tenia 62 diputados antes de las elecciones de 2012. Incluso ha favorecido que Ciudadanos, la bestia negra del nacionalismo, sea la segunda fuerza política catalana.
La fuerza de esta opción, el relativamente buen resultado del PSC sin remoras nacionalistas y la aparición de entidades como Societat Civil catalana, junto a un PP debilitado pero que ha aguantado su suelo, hacen prever que el nacionalismo va a tener, por primera vez desde 1980, una oposición importante que va a disputarle su supremacía ideologica. Además, el nacionalismo tendrá que explicar a los que piensan que mañana Cataluña ya será independiente que la cosa va para largo. La frustración va a aflorar pasada la euforía ficticia de la noche electoral.
El independentismo ha conseguido, es cierto, dividir Cataluña. Pero se ha lanzado a una aventura muy compleja sin una clara mayoría social, imprescindible para su viabilidad. Probablemente, tendremos elecciones despues de las generales, pues con este panorama no hay acción de gobierno posible, ni avance real hacia la independencia.
Tras las elelcciones generales habrá que ver cómo queda el mapa político español y podrá empezarse una nueva etapa. Pero Mas ya no puede ser el interlocutor de ningún acuerdo. Mas es un político amortizado. Y, si tuviera un mínimo de dignidad, ya se hubiera retirado de la política. No descarto que deba hacerlo en las proximas semanas.
Lo peor del resultado electoral es que la situación de tensión no va a disminuir. El problema se va a enquistar. Se necesitan nuevos interlocutores, no tanto fuerzas políticas como personas, en el Gobierno central y en el Govern de la Generalitat. Mientras eso no se produzca y se reestablezca una mínima confianza mutua, las aguas no volverán, ni aunque sea lentamente, a su cauce.
Para terminar, una referencia a Catalunya Sí que es pot. Sus resultados son muy malos, inferiores a los obtenidos por ICV en solitario en 2012 (13 diputados). Su ambigüedad y su pésimo cabeza de lista son las causas. De cara a las generales, Ciudadanos se prefigura como la bisagra para PP o PSOE. Pero de esto tendremos tiempo de hablar.