Pensamiento

D’on no n’hi ha, no en raja...

22 junio, 2015 08:32

No quiero parecer cascarrabias, amargada ni una Sarah Palin (¿se acuerdan?) ibérica. Pero declaro que últimamente estoy más hasta la coronilla que nunca de pagar impuestos... para nada. Voy a la Seguridad Social porque no me tengo en pie. Me mandan una analítica y con horror descubro que me es imposible hacérmela los días y horas que me adjudican, porque el estrechísimo margen horario (de 8 a 8.45 am) coincide con la hora en que estoy dejando a mi hija en la ruta escolar. Les cuento y les suplico. Les da igual. Solución: me gasto 95 euros en una analítica privada. Ves què hem de fer.

Ahora somos el saco de boxeo de todas las administraciones, de todos los partidos de todos los colores

Luego me voy a una comisaría de policía a pedir un papel que necesito y me tienen cuatro horas, cuatro, esperando.

El Ayuntamiento me manda una carta conminándome a empadronarme bien porque según ellos consto empadronada mal, a la oficina que me voy con la escritura de compra-venta de mi piso bajo el brazo, y ni por esas. Me ponen requetemil pegas. Perpleja les aclaro que en realidad yo estoy ahora mismo en un domicilio de transición, que pensaba regularizar mi padrón cuando las cosas sean más definitivas y más claras. Me confirman ellos mismos que no pasa nada si me espero. Yo sonrío servilmente a la señora funcionaria, no se me vaya a enfadar, aunque cobre ella de mis impuestos y no yo de los suyos... pero por dentro pienso, ¿y si no pasaba nada, me teníais que hacer perder alegremente la mañana?

Odio ser de clase media. Parecía un buen invento pero no. Ahora somos el saco de boxeo de todas las administraciones, de todos los partidos de todos los colores. Si son de izquierdas porque, según dicen, necesitan todo el dinero para los que son todavía más pobres que nosotros, que ya es decir. Si son de derechas, porque aunque los pobres les den igual, no les dan igual los funcionarios, y si para que el Estado llegue a final de mes tú tienes que colgarte de una viga el día 14, pues qué se le va a hacer...

Si por lo menos nos lo justificaran. Si se pudiera elegir a dónde va lo que nos sangran. Si no tuvieras la pegajosa y horrorosa y desesperante sensación de que se lo gastan en tonterías y en mala gestión, encima.

En fin. Que hay cosas que no tienen remedio, pero deberían tener medida. No se puede seguir machacando así a la clase media. Sencillamente no se puede.

¿De dónde va a salir el río de oro para hacer realidad tantas promesas como llenan la boca de los nuevos, flamantes ayuntamientos y gobiernos autonómicos recién constituidos?

Miedo me da.