Tiempo de pactos
Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo, han certificado el acierto de aquellos estudios y sondeos que vaticinaban un mapa político mucho más fragmentado y con más actores de lo que hemos tenido hasta ahora. El bipartidismo perfecto atemperado por los partidos nacionalistas ha dado paso a un bipartidismo imperfecto donde los partidos emergentes serán imprescindibles para tejer nuevas mayorías parlamentarias, decidir alcaldes y configurar gobiernos.
El PP ha perdido casi dos millones y medio de votos con respecto a la municipales de 2011 y el PSOE 700.000
El sistema político existente en España desde 1978 ha entrado en declive. A pesar de que PP y PSOE siguen siendo los dos partidos mayoritarios a mucha distancia del tercero (Ciudadanos en el ámbito municipal) se han dejado en el envite muchos millones de votos. En concreto el PP ha perdido casi dos millones y medio de votos con respecto a la municipales de 2011 y el PSOE 700.000. En aquella ocasión, entre ambas formaciones se llevaron el 65% de los sufragios, ahora se han quedado en el 52%. Con la perdida de todas las mayorías absolutas de los populares y los escrutinios sobre la mesa, se confirma el giro a la izquierda en, prácticamente, toda España. Además, la política de tierra quemada y prepotencia puesta en práctica con excesiva frecuencia por los de Mariano Rajoy, hará que les sea harto difícil, ahora, encontrar con quien pactar.
Resulta muy significativo el sorpasso de la izquierda alternativa que ha logrado colocar en Barcelona a Ada Colau como futura alcaldesa de la ciudad, y a Manuela Carmena que, aunque con un concejal menos que Esperanza Aguirre, con toda probabilidad será la máxima regidora de Madrid, ya que no sería entendible un desacuerdo entre la fuerza que la ex jueza encabeza, Ahora Madrid, y los socialistas madrileños. Además, es muy probable que esa sea la llave que desbloqueé la cuestión en Andalucía.
Por lo que respecta a UPyD, sencillamente han quedado borrados del mapa electoral. Es su desaparición, sin paliativos y sin aditivos. Ni siquiera podrán servir de bisagra para gobernar en algún sitio. La formación magenta se ve abocada a una crisis interna sin precedentes. Rosa Díez ya ha anunciado que no se presentará a la reelección. Por tanto, muy probablemente, la formación tiene los días contados.
Asimismo, Izquierda Unida ha tenido unos resultados pésimos, reconocidos por sus dirigentes sin ambages. Es la primera víctima de Podemos, que prácticamente ha fagocitado al partido de Cayo Lara. Sin duda alguna IU, que en muchos territorios ha ido en coalición con otros partidos, debe abrir un debate sobre su futuro.
El tiempo de las especulaciones ha pasado, los resultados son los que son y ahora toca preparase para gobernar. Es tiempo de pactos. Aquellos que pidieron el voto a los ciudadanos ahora deben responder a la confianza que en ellos se depositó. Deben intentar formar gobiernos y estar en ellos. No se trata de repartir sillas como torticeramente aducen algunos. Hay que hacer políticas que satisfagan las necesidades e intereses de la ciudadanía. No se trata de gobernar a cualquier precio, pero si asumir aquellas responsabilidades que los ciudadanos han otorgado.
Se abre la posibilidad de un tiempo nuevo. Los partidos están obligados a entenderse para sumar mayorías. Asimismo, esta diversidad debería servir para revitalizar instituciones que quizás se han oxidado por un exceso de uniformismo ideológico. Tampoco estaría de más un deshielo de las relaciones entre CCAA de diverso color político y de éstas con el gobierno central.
Por su parte, la ciudadanía debe entender que aquellos a los que otorgó su confianza habrán de ser flexibles y estar dispuestos a hacer concesiones para llegar a acuerdos y lograr consensos. Los dogmatismos están de más.
La federación nacionalista ha perdido más de 110.000, votos con respecto a los comicios de 2011
En Cataluña las cosas no son muy diferentes, pero deberemos esperar un poco más, por lo menos hasta 27 de septiembre, a ver si Artur Mas convoca elecciones autonómicas, mal llamadas plebiscitarias.
Aquí CiU sigue siendo la fuerza más votada, pero ha perdido Barcelona, ha dejado de tener representación en Santa Coloma de Gramanet y Cornellá y ha bajado, también, en Hospitalet, Tarragona, Badalona, Martorell, Terrassa y en casi todas las poblaciones de más de 25.000 habitantes. En conjunto la federación nacionalista ha perdido más de 110.000, votos con respecto a los comicios de 2011.
Por su parte el PSC sigue sin ver el final del túnel y más allá del fiasco de Barcelona (se ha quedado con 4 concejales), pese a ser la segunda fuerza en Cataluña, empieza a sentir en el cogote el aliento de ERC que les sigue cada vez más cerca.
Estamos viviendo un tiempo político apasionante y se producirán situaciones que nos sorprenderán. Así por ejemplo, será interesante ver a quién coloca Colau al frente de la concejalía de la hacienda barcelonesa o que concejal asume el mando de la Guardia Urbana. Esos nombramientos nos darán alguna pista de por dónde irán las cosas en el próximo mandato municipal en Barcelona.
Es cuestión de observar con suma atención y, a ser posible, que no se nos escape ni una. Esto no ha hecho más que empezar.