Pensamiento

De cartas y fiestas

19 septiembre, 2014 08:52

¿Obtendrá Cataluña la independencia saliendo de fiesta un millón de personas? Que no se engañen los participantes

Ante la insistencia monotemática del eurodiputado de ERC, Jean-Claude Juncker le contestó que la independencia no se obtiene por carta, refiriéndose indirectamente a la afición epistolar de Artur Mas. Tampoco se obtiene con fiestas en la calle por muy multitudinarias que sean. ¿Obtendrá Cataluña la independencia saliendo de fiesta un millón de personas? Que no se engañen los participantes honestamente convencidos que su gesto ferviente tendrá el efecto de las trompetas de los sacerdotes y de los gritos a voz en cuello del pueblo, que derribaron las murallas de Jericó, según la Biblia.

El argumento de la cantidad y el carácter pacífico de los participantes en la fiesta no puede oponerse seriamente a los muchos argumentos de fondo que hacen que la independencia, además de no ser posible, no conviene a los catalanes, ni al conjunto de los españoles, ni a los europeos. Justo es decir en descargo de los participantes que a la fiesta no se va para pensar.

Si la multitud en la calle se convierte en masas en acción, entonces deberíamos hablar de insurrección revolucionaria. En la historia europea tenemos ejemplos clásicos del poder de ruptura de las masas: la toma de la Bastilla, el asalto al Palacio de Invierno… No es nuestro caso y hemos de alegrarnos.

Ni Obama, ni Putin, ni Merkel, ni Hollande, ni Juncker se habrán conmovido

Interpretemos los hechos correctamente: la fiesta de la “V” en Barcelona ha sido extraordinaria, brillantemente organizada, una demostración palmaria de la libertad de que gozamos –fiesta animada y propalada por una TV3 cada vez más cerca de un medio propagandístico de régimen totalitario-, pero nada más. Ni Obama, ni Putin, ni Merkel, ni Hollande, ni Juncker se habrán conmovido. Y Rajoy de su inconmovible actitud hace una estrategia defensiva a ultranza. Los problemas que tenemos como sociedad y como comunidad no se resolverán ni por carta ni con fiestas en la calle.