Pensamiento

El dedo de Cameron no es el dedo de Colón

29 junio, 2014 12:12

"Hoy es un día negro para Europa", está es la curiosa frase que se le ha ocurrido al Premier británico. Cuando veintiséis de los 28 jefes de gobierno se ponen de acuerdo para proponer al Parlamento Europeo un candidato que presida la Comisión, cuando este candidato es una personalidad dialogante y abierta, a quien van a apoyar los mismos socialistas europeos, Cameron saca su índice amenazante: plantearé un referéndum para que Gran Bretaña decida salir de la Unión Europea.

Cameron se ha olvidado de que ha pasado ya la época de la unanimidad, cuando los políticos ingleses podían poner en jaque a toda la UE, bloqueando cualquier decisión de ésta, cuando un país como Luxemburgo o Malta podía paralizar la marcha de Europa. Estamos en la etapa de las mayorías. Flaco favor el que haría a su país si en el referéndum triunfara el no a la UE. Se acabó la época de los privilegios y de las excepciones para Gran Bretaña. Queriendo imitar a sus predecesores británicos, Cameron ha echado un órdago a la UE, pero las circunstancias no son las mismas, y lo ha perdido. Esto me recuerda a la actitud cerrada de aquellos políticos catalanes que quieren sacarnos España.

Cameron pretendía que la UE no pasara de un simple mercado común, y resulta que se encamina hacia una Europa Federal

Día negro ha sido realmente para Cameron, que pretendía que la UE no pasara de un simple mercado común, y resulta que se encamina hacia una Europa Federal. Día negro, porque Cameron pretendía que fueran los parlamentos nacionales los que ratificaran el nombramiento del Presidente de la Comisión y no el Parlamento Europeo, para circuitar a este último y renacionalizar a la UE . Día negro para él, si con su actitud influyera en un 'no' de los ciudadanos británicos a la UE. El dedo índice amenazante de Cameron que vimos ayer en la prensa, no es el índice de un político que dirige, que muestra el camino, el dedo que guía, el índice de Cameron no es el índice de Colón, señalando a un nuevo mundo, sino el índice de un político perdedor, que, además, no sabe perder.

Pero en cierto sentido sí es un día negro para Europa, y no porque los jefes de Gobierno presenten casi por unanimidad a Juncker como candidato para presidir la Comisión, sino porque se tiene la impresión de que los políticos que nos gobiernan no han aprendido la lección de las recientes elecciones europeas y siguen disponiendo y organizando a la UE, como si los ciudadanos fuéramos simples espectadores. No es la elección de Juncker lo que debiera preocuparnos, sino la ocasión que se ha perdido de que al menos el presidente de la Comisión y el Presidente de la Unión Europea fueran elegidos en un mismo día y directamente por todos los ciudadanos de la UE. Día negro por todo el mercadeo que se llevan los políticos para ir repartiéndose entre los partidos y entre países todos los altos cargos de la UE, por no hablar del reparto de directores y directores generales dentro de las instituciones.

Mientras las instituciones de la UE no sean un ejemplo de limpieza democrática y los altos cargos no estén en manos de las personas más capacitadas, independientemente de la nacionalidad que tengan, mientras no desaparezcan los cupos nacionales de altos cargos, da igual que sea Juncker o Barroso quien presida la Comisión.