Empleada trabaja en una oficina Europa Press
Confirmado por el Ministerio de Trabajo: el absentismo en Cataluña se dispara y supera la media nacional
Su impacto supone cerca del 10% del Producto Interior Bruto (PIB) de la región
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El absentismo laboral en Cataluña ha alcanzado niveles alarmantes. A pesar de que la tendencia general del conjunto nacional se sitúa en torno al 7% de media durante el primer trimestre del año, Cataluña se posiciona entre las regiones con tasas más elevadas, superando esa media y anotando cerca del 7,6% en el cuarto trimestre de 2024. Esto implica un impacto tan desfavorable que equivale a cerca del 10% del Producto Interior Bruto (PIB) de la región.
Problemas de salud mental como motor principal
Diversos estudios y encuestas internas empresariales indican que aproximadamente un 30% de las ausencias están relacionadas con ansiedad, estrés o depresión. Esta cifra muestra cómo el absentismo actúa como un termómetro del estado emocional de los trabajadores.
Este incremento de ausencias largas por motivos psicológicos largas —siendo más duraderas que otros tipos de baja— generan un impacto significativo en productividad y clima laboral.
Cataluña, con sectores muy feminizados como salud, educación o servicios sociales, experimenta una elevada carga emocional que intensifica la prevalencia de estos problemas.
Un entorno laboral estresante y tóxico
El estrés laboral se ha vinculado de forma directa con el absentismo. Excesivas cargas de trabajo, escaso control sobre las propias rareas realizadas, falta de apoyo social y conflictos interpersonales incrementan el desgaste físico y mental. Según el modelo demanda-control-apoyo, esta combinación provoca que los empleados desarrollen tensión crónica, que puede desembocar en bajas prolongadas.
En muchas empresas catalanas, la presión por cumplir objetivos, la precariedad contractual y entornos poco empáticos contribuyen a crear microclimas tóxicos que alimentan el absentismo.
Envejecimiento de la plantilla y deficiencias del sistema sanitario
El envejecimiento de la población activa (con más del 35% de trabajadores mayores de 50 años en 2025) incrementa la incidencia de enfermedades crónicas y el uso de bajas médicas.
Además, las demoras en la sanidad pública dificultan el acceso a diagnósticos y tratamientos, lo que agrava la duración de las bajas y frustra su reincorporación temprana.
Cambios en el marco legal y consecuencias económicas
Desde 2020 se eliminó el despido por absentismo, lo que ha sido señalado como un incentivo indirecto para registrar más bajas laborales.
Además, la bonanza económica (muy marcada en Cataluña por sectores como la industria y la hostelería) suele conducir a mayores tasas de absentismo, al existir mayor estabilidad laboral y percepción de seguridad social.
En términos económicos, el absentismo costará en 2025 más de 32.000 millones euros en España, con crecimientos de hasta el 10% con respecto a 2024.
Sectores más afectados en Cataluña
En medio de este alza experimentado en Cataluña, los sectores con mayor absentismo son:
- Industria, con un índice del 5,9% en el primer trimestre de 2025 (aunque en descenso respecto al año anterior).
- Servicios, con un 5,5%, también a la baja.
- Construcción, con menor incidencia, 4,6%.
A nivel nacional, actividades sanitarias alcanzan tasas del 11,5%, una de las más elevadas del país
Falta de prevención e inversión en salud laboral
La ausencia de políticas eficaces de prevención, promoción del bienestar emocional y apoyo en salud mental ha sido señalada como uno de los grandes déficits.
Según Comisiones Obreras, se está culpando al absentismo laboral sin considerar causas estructurales como la precariedad, el envejecimiento o los retrasos sanitarios, y pide la creación de un observatorio de incapacidad temporal.
Propuestas de soluciones efectivas
Frente a la alarmante situación, se han planteado diferentes soluciones que podrían ayudar a gestionar este problema:
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Transformación del clima organizativo: fomentar entornos saludables, reconocimiento del talento y eliminación de prácticas tóxicas.
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Gestión sostenible de la jornada laboral: la ley que impulsa la reducción de jornada a 37,5 horas semanales abre la puerta a abordar el absentismo desde la base organizativa.
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Colaboración entre empresas, sindicatos y mutuas: para reducir la duración y número de bajas sin penalizar los derechos del trabajador.
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Observatorio de la incapacidad temporal: análisis riguroso de causas reales y establecimiento de medidas concretas.
Lo cierto es que las elevadas tasas de absentismo en Cataluña son el resultado de un fenómeno complejo y estructural. Problemas de salud mental y estrés laboral se combinan con desafíos demográficos, carencias sanitarias, normas jurídicas recientes y entornos corporativos tóxicos.
Atacar esta problemática exige no solo control y penalización, sino prevención emocional, mejor salud pública y transformación cultural en las empresas. Un cambio de visión que no solo mejoraría la productividad, sino que impulsaría la sostenibilidad y el bienestar de los trabajadores y organizaciones en Cataluña.