David, dueño de un negocio de máquinas expendedoras / CG

David, dueño de un negocio de máquinas expendedoras / CG

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David, dueño de un negocio de máquinas expendedoras: “Invertí 9.000 euros y tardé 5 años en recuperarlos”

El joven decidió montar su negocio y lo hizo por su propia cuenta para minimizar el riesgo y evitar los altos costos de los servicios que conlleva el montaje y apertura de un negocio.

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A veces dar el paso de montar un negocio no es una decisión fácil. Inversión inicial, costes, burocracia, gestiones, etc. Un quebradero de cabeza que muchas veces se extiende a un mayor tiempo porque no se le empieza a ver beneficio y fruto al esfuerzo.

La vida por suerte o por desgracia, a veces, te lleva a lanzarte en un nuevo proyecto. Es el caso de David, quien se embarcó en el negocio de las máquinas expendedoras o lo que es lo mismo, las vending 24 horas debido a una necesidad económica y con el objetivo de buscar un modelo de trabajo que le ofreciera la flexibilidad horaria que necesitaba, ya que iba a ser padre.

Por esta razón, el joven decidió montar su negocio y lo hizo por su propia cuenta para minimizar el riesgo y evitar los altos costos de los servicios que conlleva el montaje y apertura de un negocio.

Para ello, David estuvo documentándose durante 4 meses y fue cuando decidió comprar las máquinas de segunda mano “me costaron 3.000 euros cada una, mientras que para una tienda de tres máquinas, dos expendedoras y una de café, pues hablábamos de en torno 28.000-30.000 euros”.

En este contexto, montó una primera tienda piloto con dos máquinas en la que invirtieron cerca de 9.000 €. Este costo incluía las máquinas de ocasión y unos 3.000 € de adecuación de espacio.

Una de cal y otra de arena

No obstante, los comienzos no son fáciles y este no ha sido menos. El inicio de la actividad, según ha relatado David en el pódcast de Eric Ponce, fue problemático, obligando a David a tomar una decisión drástica para salvar el negocio.

Uno de los primeros errores fue la mala ubicación de esta primera tienda, lo que le llevó a que las ventas fueran bajas: “No elegimos bien la ubicación, por lo que vendía poco”. Sin embargo, no fue lo único, sino que también sufrieron varios actos de vandalismo que le ocasionaron problemas de roturas de cristales.

“No estaba funcionado nada”, afirma David. Ante esta situación decidieron desmontar la tienda y cambiarla de sitio a la parte del centro de la ciudad. Esto, como es obvio, le generó un nuevo gasto y además amplió el número de máquinas, lo que supuso 10.000 euros más de la inversión inicial.

A pesar de los "años malos" iniciales, David no solo logró que el negocio funcionara, sino que desarrolló una solución de protección (Vandal Stop) a raíz de los problemas de vandalismo.

Quien la sigue la consigue

Ante este complejo inicio del negocio, David asume y asegura que tardó un buen tiempo en recuperar la primera inversión, contando los años en que el negocio no funcionó bien, fue de: "contándolos son 5 años en mi caso".

Sin embargo, una vez ya establecido y con la lección aprendida, David ya cuenta con tres tiendas en diferentes puntos de Barcelona. Con respecto a la tienda más reciente, que lleva abierta alrededor de un año y medio, la previsión del emprendedor para recuperar la inversión es de: "yo creo que en 3 años más o menos recuperaríamos la inversión".

Al fin y al cabo, de esto va la vida de arriesgar, probar y ganar, aunque a veces se pierde porque las cosas no salen como se prevén. Ahora bien, el caballo ganador se forja cuando aprendes de los errores, lo tomas como una elección y te pones manos a la obra, como ha hecho David con su negocio.