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La vivienda cada vez está más cara, lo que dificulta el acceso a ella, sobre todo a los más jóvenes. El precio se multiplica si te planteas vivir en Barcelona, que es la capital más cara para vivir, siendo el coste de vida un 38,13% más alto que la media nacional.

Además, los precios del alquiler y de la compra de vivienda no para de crecer, incluso han llegado a los máximos históricos, multiplicándose por dos en la última década.

Este es uno de los principales problemas de la vivienda, lo que genera grandes barreras de acceso al sector inmobiliario.

Según el portal inmobiliario Idealista, el precio del metro cuadrado en la ciudad condal se sitúa en 4.991 euros. Dicho esto, hay viviendas que llegan hasta los 20 millones de euros.

Los factores que están influyendo en que Barcelona sea casi inaccesible para los lugareños son los elevados precios, la escasez de oferta, la precariedad laboral y la presión creciente por el turismo.

Esto se traduce en que muchos jóvenes no pueden permitirse la compra de una vivienda, viéndose obligados a compartir habitación o buscar soluciones de alojamiento alternativas.

La brecha entre la demanda y la oferta es alarmante: se estima una necesidad anual de entre 50.000 y 100.000 nuevos hogares en España, mientras que solo se construyen alrededor de 15.000, lo que proyecta una "brecha tremenda" en 15 años.

Gabriela es una venezolana que se ha mudado recientemente a Barcelona para comenzar su nueva aventura. Sin embargo, para ella la mayor preocupación es, al igual que el resto de catalanes, la vivienda y su precio.  

La joven, a través de su cuenta de TikTok, ha desvelado los excesivos precios que tienen que afrontar las personas que viven de alquiler en la ciudad condal. “No es posible que un alquiler de un piso pequeñito de una o dos habitaciones cueste 1600 euros o 1500 euros. Are you crazy, baby?”.

Además, la joven estalla solo con el precio de la vivienda si no con la escasa oferta, lo que le obliga a tener contratos temporales y que esté en constante cambio cada seis meses. También asegura, que no es normal que te pidan “4 o 5 mese de fianza”.  

A ello, le sumas el salario que “son mínimo 1.200 euros”, asegura. Lo que le lleva a plantearse a cómo puede hacer frente una persona sola con ese salario y esos precios de alquiler. Por esa regla de tres, se ven obligados a compartir piso para poder asumir los constes de alquiler y de suministros básicos.

Un escenario cada vez más exigente

La situación en Cataluña no parece que vaya a mejorar a corto plazo. La escasez de obra nueva, la presión de la vivienda turística y las regulaciones recientes dibujan un entorno donde los compradores deben actuar con precisión y rapidez.

Para muchos, esto implica cambiar el enfoque: prepararse antes de empezar la búsqueda, tener el banco de su lado desde el primer momento y asumir que la negociación no siempre es posible en un mercado tensionado.