Cristian Lara, albañil y dueño de su negocio en Barcelona: “No puede ser que un oficial cobre 1.700 euros y el peón sólo 100 euros menos”

Cristian Lara, originario de Badalona, un municipio de Barcelona, ha recorrido un largo camino en el sector de la construcción y las reformas, desde sus inicios en el "barro" hasta convertirse en empresario.

Su trayectoria comenzó a los 14 años como ayudante de lampista. A los 17 años ya realizaba instalaciones completas de agua y luz, y con 20 años se estableció como autónomo. Hoy en día, su empresa se enfoca en reformas y rehabilitación, un giro que comenzó sin querer tras reformar su propia casa en 2018.

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Lara, quien valora enormemente a su equipo, compuesto por cinco operarios y personal de oficina, ha puesto el foco en la necesidad de mejorar las condiciones salariales y el respeto dentro del sector.

Su principal frustración radica en la escasa diferencia salarial entre los distintos niveles de experiencia, una brecha que desincentiva a los profesionales cualificados.

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"No puedo permitir es que un oficial de primera... esté cobrando 1.700 € y el peón cobre 1.500, casi 1600 euros, es decir, 100 € de diferencia", afirma Lara.

Esta situación genera un desgaste en el oficial, quien asume la mayor parte del trabajo para cumplir con los plazos y la satisfacción del cliente, mientras que la falta de vocación en algunos peones complica aún más la dinámica laboral.

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En su propia empresa, los salarios base son más competitivos. Un "paleta" en plantilla, bajo convenio, recibe 1.800 € netos al mes. Aunque ese es el sueldo base, buscan que, con horas extra permitidas, los trabajadores alcancen hasta los 2.400 €.

Lara considera que, dadas las condiciones actuales, un profesional que realiza bien su trabajo debería estar cobrando alrededor de 2.800 € al mes.

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La importancia de un buen equipo es fundamental para Lara, quien recalca que un peón bueno es "super importante". De hecho, él reconoce que buscar trabajadores es un problema mucho mayor que buscar clientes, por lo que su prioridad es cuidar a su plantilla, ya que son "gente maravillosa".

Debido a su filosofía de calidad y cuidado del personal, la empresa de Lara ha decidido enfocarse exclusivamente en proyectos de reforma y rehabilitación, dejando de lado los "servicios" o "chapuzas".

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Esta concentración en proyectos rentables es esencial para poder pagar bien al personal y obtener beneficios, una posibilidad que los pequeños arreglos no ofrecen. Por esta razón, a menudo piden a los clientes que esperen, a veces hasta "un año y medio", si desean que él y su equipo se encarguen del proyecto.