Marc Burgess, líder de The Chameleons, en la sala Razzmatazz

Marc Burgess, líder de The Chameleons, en la sala Razzmatazz

Músicas

The Chameleons: Éxtasis del post punk en Razzmatazz

La banda de Mark Burgess, que vivió bajo la sombra de grupos como The Smiths o The Cure, arrasa en Barcelona y revive un legado musical con temas como Monkeyland, Pleasure and pain y Don't Fall

'The Chameleons', el post-punk y la nostalgia de una generación

Publicada
Actualizada

Mark Burgess, con su bajo. Está fuerte. Es mayor. Pero exhibe vitalidad. La voz es la de siempre, aunque el paso del tiempo es inexorable. Transmite energía y esa melancolía extraña, sugestiva. Llega el éxtasis con temas como Monkeyland y los abrazos entre el público son constantes. Ha sucedido algo. Mágico y bello.

¿Cómo es posible esa conexión después de tantos años? El post punk de The Chameleons maravilló al público asistente en la sala 2 de Razzmatazz el jueves 12 de junio.

La fecha se recordará. La banda ha ejercido una enorme influencia en grupos como Oasis, Interpol, Verve o Slow Readers Club. Pero no obtuvo una gran reconocimiento de público en los años en los que fueron productivos, en los 80. Joy Division había marcado mucho el juego, y luego grupos como The Smiths, o The Cure.

Demasiados egos para dejar un hueco a Burgess, que quiso estudiar teatro en el Politécnico de Manchester antes de decantarse por la música y vio como a finales de la década fallecía el manager de la banda, Tony Fletcher.

Imagen del concierto en Razzmatazz de The Chameleons

Imagen del concierto en Razzmatazz de The Chameleons LG

“¿Cómo conociste a The Chameleons?” La pregunta, entre el público, en la sala de Razzmatazz, se dirige a una joven, no mayor de 30 años. Interpelada, señala a una mujer más mayor, que está a su lado y que corea todas las canciones. Pero añade: “Sigo las bandas de post punk, me parecen extraordinarias”.

Y la música fluye y la conexión es total entre el público y los músicos liderados por Burgess.

Tienen nuevo material. El grupo se desconectó a finales de los ochenta, después de tres enormes discos, el primero, editado en 1983, sigue sorprendiendo: Script of the Bridge, de una belleza oscura, contundente, que incluye el tema con el que se abre el disco: Don’t Fall, el mismo con el que cerraron el concierto en Barcelona y que provocó el delirio.

Se recuperaron, tras experiencias individuales con otros grupos, en los 2000. Y ahora acaban de editar un nuevo disco. Llevan años, sin embargo, protagonizando giras, en pequeñas salas, con los fieles de siempre.

De la formación inicial queda el alma del grupo, letrista, siempre al mando de su bajo, Burgess, y el guitarrista Reg Smithies, junto con Stephen Rice, guitarra; Danny Ashberry, con los teclados, y Todd Demma, batería.

Imagen del concierto de 'The Chameleons'

Imagen del concierto de 'The Chameleons' LG

“El sonido es potente, en los directos The Chameleons nunca falla, al revés. Es donde mejor se interioriza”, insiste un fan veterano del grupo. La camaradería es total entre un público mayor, que conoció a la banda en la adolescencia, donde todo se impregna, donde lo que fascina nunca se evaporará. Pero hay también jóvenes, que valoran esas guitarras tan afiladas, pero que son capaces de provocar melodías de una gran belleza.

Las letras, intimistas, introspectivas, permiten soñar de nuevo. Pero ya nada será igual. En la sala se encuentran personas que hace décadas que no se veían. Se abrazan, se intercambian unas pocas impresiones. Sin nada más ya que compartir. El sonido de The Chameleons ha concitado un fortuito y hermoso momento. 

The Chameleons, en TV3

Atrás, de forma ya muy vaga, aparecen unas imágenes. ¿Cómo se difundieron aquellos temas, como Pleasure and pain –tocada en Razzmatazz—o Second Skin, o esa maravilla que sigue siendo Perfume Garden?

Y el señor maduro recuerda al joven que fue y que vio un programa en TV3 pionero, el que dirigía Manuel Huerga llamado Arsenal. Todo un programa dedicado a…The Chameleons, donde Burguess explicaba por qué escribía esas canciones, con esa melancolía tierna y dura a la vez.

Post punk en TV3, sí. Primera mitad de los años ochenta.

Mark Burgess, en el programa 'Arsenal' de TV3 en los años ochenta

Mark Burgess, en el programa 'Arsenal' de TV3 en los años ochenta TV3

Burguess tiene más cosas que contar. Vivió bajo la sombra de gigantes como Morrisey, que arrasaba con The Smiths. Y Joy Division, tras el suicidio de Ian Curtis, se transformaba en New Order, que se convirtió en una banda de éxito, y que sigue en activo, formando parte de vez en cuando de festivales como el Sónar.

A casa en bici

A la salida del concierto, un grupo de esos veteranos, --algunos se iban a su casa en bici, cosa de los nuevos tiempos—destacaba como algo extraordinario lo que vivieron aquellos años: “En las discotecas sonaba New Order”.  

Sí, años más tarde siguieron sonando, con temas remezclados, más enfocados al baile. Como lo hizo otra banda que supo evolucionar: Everyting but the girl. Las letras melosas de Tracey Thorn con la música de Ben Watt, se pusieron al día y en todas las pistas se llevó a bailar Missing, con un ritmo trepidante.

Mark Burgess, en el concierto de 'The Chameleons'

Mark Burgess, en el concierto de 'The Chameleons'

The Chameleons es una banda viva, y Burgess dio cuenta del nuevo trabajo en el concierto en Razzmatazz. Se trata de un nuevo EP, Tomorrow remember Yesterday, un título muy adecuado.

En el álbum se incluyen piezas como Where are You, o Saviours are a dangerous thing, y se publicará en septiembre.

La emoción fue intensa. Toda aquella música se produjo en un contexto muy especial, en España y en toda Europa, y, en especial, en el Reino Unido, donde el conservadurismo de Thatcher hacía estragos.

En los alrededores de Manchester, una ciudad industrial que en aquellos años era un territorio arrasado, con un enorme paro, The Chameleons emergía para generar una música que se ha convertido en un legado inolvidable para varias generaciones.

Y se coreó Don't Fall.