Marianne Faithfull

Marianne Faithfull FARRUQO

Músicas

Marianne Faithfull en ocho canciones

Los impactantes claroscuros biográficos de la cantante y actriz británica, fallecida hace unos días tras una vida de leyenda, dieron forma a su incontestable legado artístico, plasmado en una serie de canciones reverenciales

Publicada

La carrera artística de Marianne Faithfull, fallecida hace unos días en su casa de Londres a los 78 años, contiene en sí misma la suficiente hondura, relevancia y talento para ocupar un lugar en la historia de la cultura pop de las últimas décadas. Sería injusto ponderarla atendiendo en exclusiva a sus poderosas características paralelas a lo musical. Ni musa oficial del Swinging London, ni novia de nadie; ni lumpen de luxe, ni icono redentor del Proyecto Hombre.

Lo más relevante es su legado en forma de discos, películas y libros autobiográficos, que conforman un corpus valioso para entender los cambios alrededor de la figura de la artista –sobre todo de su emancipación del cepo de la jaula de la mirada masculina– desde finales del siglo XX hasta principios del XXI. En este artículo proponemos un viaje a través de ocho de sus canciones que sirven como pauta o falsilla de su propia vida, a modo de remedo de aquellas cintas de cassettes que grabábamos en la adolescencia. Interpretadas desde su juventud incauta –futuras ruinas de la pesadilla de la dependencia– hasta la vejez orgullosa y parcheada. Ocho actos de belleza y resiliencia. Todas, favoritas.

'As tears go by'

'As tears go by'

1.As tears goes by (1964)

Nacida en el barrio de Hampstead, Marianne Faithfull parecía estar predestinada al ingrato papel de It girl. Descendiente de aristócratas por vía materna, entre otros del mismo Leopold Von Sacher-Masoch, ya desde la primera juventud fue poseedora de esa variante trágica del atractivo físico: belleza angelical junto a mirada de fauno. Andrew Loog Oldham, mánager crápula de The Rolling Stones, la recluta pronto para su vitrina de potenciales estrellas fugaces. La primera canción que interpretó para el gran público fue a su vez el estreno compositivo de la dupla Mick Jagger y Keith Richards. Una balada llena de azúcar. Un veneno con aspecto de golosina. Se la dieron a Faithfull por considerarla demasiado pura y etérea para su estatus de majestades satánicas. A los diecisiete años, la futura baronesa Masoch, ya fue lo suficientemente valiente como para aceptar mostrarse vulnerable. Nos legó una interpretación estremecedora, sobre todo si tenemos en cuenta lo que estaba por venir: la semilla de la futura corrupción, una trampa de melancolía precoz.

'Somthing better'

'Somthing better'

2.Something better (1968, Rock and Roll Circus)

En 1968, los Stones, en plena exploración de los límites del hedonismo, levantaron una carpa para grabar un par de directos a los que llamaron The Rolling Stones Rock and Roll Circus. En la película, grabada solo unos días antes del Let it be de los Beatles y no estrenada hasta 1996, se suceden sus interpretaciones con la de otros artistas invitados: Yoko Ono y John Lennon, The Who, Eric Clapton, Taj Mahal o Jethro Tull, y sí, también Marianne Faithfull. En su interpretación de Something Better, vestida de una suerte de Ofelia estática y medieval, nos percatamos de cómo una levísima erosión empieza a notarse en su voz. “El canto del pájaro es puro/ el mío es más oscuro: yo tengo la memoria”, explica un verso de Xavier Rodríguez Ruera. 

Marianne Faithfull recording 'Sister Morphine'

Marianne Faithfull recording 'Sister Morphine'

3.Sister Morphine (1969)

Con Sister Morphine pasó al revés que con As tears goes by. La compuso Faithfull pero los Stones no la incluyeron en los créditos y después la incorporaron a su repertorio. La supuesta musa era, en realidad, la coautora. Detrás del trampantojo naïf se ocultaba el cerebro efervescente de una intelectual voraz: en su altarcito lector se podían encontrar tanto Charles Baudelaire como Bertolt Brecht. El paso de los Stones a la madurez compositiva no se entendería sin su influencia. Por ejemplo, no existiría Simpathy for the Devil, inspirada por la lectura del Maestro y Margarita de Mijail Bulgakov que Faithfull recomendó a Jagger. También es la autora de los versos que articulan la balada Wild horses, incluida en Sticky Fingers. Fue las primeras palabras que pronunció después de despertar de un coma de seis días: “Los caballos salvajes no podrán arrastrarme”. Ninguna de esas aportaciones fue debidamente acreditada hasta muchos años después, pleitos mediante. 

Con la canción se oficializa su recién estrenada imagen de ángel caído y su cadena perpetua con la prensa amarilla. Cuentan que ha dejado al marido con un hijo de apenas un año para continuar su noviazgo interrumpido con Mick Jagger. Que es habitual verlos salir de los juzgados por denuncias sobre posesión de drogas. Llega también el popular y nefasto Fin de semana del infierno: lo que tenía que ser un par de veladas para tomar ácidos entre colegas se convierte en una redada policial en la casa de Richards. Los tabloides abren con la imagen de una joven desnuda envuelta en una alfombra de piel: es Marianne. En la canción, un moribundo pide que le metan algo en vena para curarle el dolor. Ese canto a la jeringuilla no es precisamente la canción más sutil de su repertorio. 

Faithfull con David Bowie

Faithfull con David Bowie

4. I Got You Babe, con David Bowie (1973)

Los setenta suponen un auténtico pozo sin fondo. En plena época yonqui a Faithfull se le acumulan las desgracias: se separa definitivamente de Jagger, le retiran la custodia de su hijo, padece anorexia, se dedica a la prostitución y sufre diversos abortos y hasta un intento de suicidio. En sus peores años llega a vivir como vagabunda en el barrio del Soho de Londres. Años después confesará que allí es cuando se sintió mejor rodeada: la amabilidad de los extraños. 

En algunas de sus idas y venidas de la intemperie deja unas cuantas interpretaciones con un David Bowie en época marciana. Su versión del clásico I got you babe así lo atestigua. El dueto fue filmado durante dos días en la sala Marquee de Londres el 19 de octubre del 73. Bowie vestía con un mono rojo con plumas de avestruz negro y ella con un hábito de monja con un gran escote posterior. “Casi no ensayamos, solo queríamos divertirnos”, confesaba Bowie.

'The Ballad of Lucy Jordan'

'The Ballad of Lucy Jordan'

5.The ballad of Lucy Jordan (1980)

En los 80 se producen uno de sus primeros intentos de resurrección. Lo hace con un disco punk, Broken English, considerado por muchos como su obra maestra. La voz parece salida del infierno, la factura sónica es consecuente: afilada y sucia. La gira de promoción resulta calamitosa. En una presentación del Saturday Night Live se arriesga a cantar sin playback y el resultado es aterrador. Pierde la voz, no llega a las notas. Tres horas antes de la actuación desaparece. Cuentan que la encontraron en el baño tomando coñac y un sustituto de la cocaína que una cantante de acompañamiento le había facilitado. En The ballad of Lucy Jordan, escrita por Shel Silverstein –posteriormente incluida en la banda sonora de Thelma y Louise--  narra la historia de sueños nunca realizados de una ama de casa de los suburbios de 37 años. El cúmulo de sinsabores arrasan con su vida de madre y esposa ejemplar. La desesperación la lleva a subirse a un tejado hasta que es rescatada por una ambulancia. Faithfull, antes que casi nadie, revela las grietas del matrimonio tradicional.

'Sliding through Life on Charm'

'Sliding through Life on Charm'

6. Sliding through life on charm (2002) junto a Jarvis Cocker

A pesar de sus salidas y recaídas en las adicciones, Faithfull nunca abandona su carrera. Pasa por el jazz, el blues o se reinventa como cantante de cabaret con temas de Kurt Weill. Pero con el nuevo siglo algo cambia. Las nuevas generaciones de artistas la reclaman con influencia. Las luminarias de la escena más cool de la música de los 90 la reivindican, componen y graban junto a ella. De esa combinación salen algunas de las mejores canciones de su carrera. El primero de esa serie de discos es Kissin Time, en él junto a obras de Beck, Damon Albarn de los Blur o Billy Corgan de los Smashing Pumpkins.

La canción que interpreta junto a Jarvis Cocker esconde una intrahistoria curiosa. Un día Faithfull le dice que le escriba la canción que ella lleva 20 años tratando de escribir. Como única información le da el título. Tres años después recibe un paquete en su casa con una demo y la letra escrita en el reverso. La canción, irónicamente autobiográfica, es la interpretación del líder de Pulp después de leer su libro de memorias. 

'Singing Back Home'

'Singing Back Home'

7. Sing me back home (2018), junto a Keith Richards

El hechizo de la resurrección persiste y se afianza. La fórmula de los discos antológicos llenos de músicos jóvenes resulta estimulante. En Easy come, easy go Faithfull depura el método. “Lo que fácil llega, fácil se va”, reza el título y a ella le ha costado sangre, sudor y lágrimas acceder a ese punto de reconocimiento y serenidad en su vida. En esta ocasión entrega un álbum doble, dieciocho canciones que resultan, claro, un tanto desigual en sus picos de calidad o rutina. Se alternan piezas de jazz clásicas con composiciones contemporáneas. La nómina de luminarias incluye esta vez a Sean Lennon, Antony, Nick Cave, Cat Power, Rufus Wainwright o Keith Richards. Con este último despacha este country crepuscular de Merle Haggard. La química es evidente: “A Keith le gustan las mujeres y no las trata como inferiores. Yo le gusto especialmente”. Cántame de vuelta a casa, le pide al antiguo amigo, como acordándose de alguna de aquellas primeras citas adolescentes. 

'She Walks in Beauty'

'She Walks in Beauty'

8. She Walks in Beauty (2021) (junto a Warren Ellis)

En el último álbum Faithfull se reafirma en su capacidad de encajadora sobrenatural, de vitalista Entre sesiones de quimioterapia debido a un cáncer e ingresos por el virus de Covid, la intérprete se une a la mano derecha de Nick Cave, el multiinstrumentista Warren Ellis, para recitar con su voz quebrada algunos poemas clásicos sobre lecho vanguardista y clásico: Lord Byron, Shelley, Tennyson.  

El título del álbum She walks in beauty hace referencia a un famoso verso de John Keats. Sintetizadores, loops, pianos y cello junto a métricas decimonónicas. Músicos líricos y salvajes acompañando a literatura antigua. Las pasiones, intereses y capacidades de Faithfull reunidas en último trabajo sorprendente junto a colegas: aquí también cuenta con Brian Eno y otra vez con Nick Cave. La cosa se resume así: mientras los Stones llenan estadios mastodónticos a precios abusivos repitiendo la matraca de siempre, Faithfull sigue arriesgando y jugándose el pellejo en cada disco. No se nos ocurre mejor final. Parece que la chica de Hampstead finalmente se salió con la suya.