'Homenot' Dante Alighieri

'Homenot' Dante Alighieri

Poesía

Dante, viaje a la mente de Dios

La Galería de los Uffizi de Florencia inaugura el séptimo centenario de la muerte del gran poeta medieval italiano con una muestra virtual inspirada en 'La Divina Comedia'

21 enero, 2021 00:00

Podemos viajar a Florencia sin pisar sus calles; entrar en la Galería de los Uffizi sin exponernos a los aerosoles del Covid. Basta con ver, desde el sofá del comedor de casa, la exposición virtual dedicada a Dante Alighieri que acaba de inaugurarse en el gran museo de la capital toscana, cuando se cumplen 700 años de la muerte del poeta fundacional de la lengua italiana, el modelo del vulgare illustre que sería normatizado después, a partir del Renacimiento. Se celebra el aniversario de la desaparición del sumo sabio (fallecido en 1321) con una serie de ilustraciones de La Comedia realizadas en el siglo XVI por el pintor italiano Federico Zuccari, exponente del manierismo y responsable del fresco de la cúpula de Santa Maria del Fiore de Florencia.

Esta vez no habrá que plantarse físicamente en la plaza de la Opera del Duomo, ante el David de Miguel Ángel; entraremos en los Uffizi sin sufrir el clásico desmayo en vivo por el exceso de belleza, conocido como el síndrome de Stendhal, definido por la psiquiatra italiana Graziella Magherini, como una mezcla de vértigo, confusión, temblor o palpitaciones del individuo expuesto ante la exuberancia de la belleza. Todos podemos efectuar sin movernos el “viaje a las estrellas” que dijo sentir en Florencia el gran novelista del XIX francés o someternos a una “experiencia psíquica extrema”, como calificó Carl Gustav Jung a estos desmayos. 

Dante y La Divina Comedia

Dante y La Divina Comedia

La muestra recoge los grabados y pinturas de Zuccari con motivos de La Comedia, colocados en las antesalas del famoso museo: las Lorenzo, Philipo Lippi, Rafael, Caravaggio o Tiziano.  Reúne un total de 88 láminas que entraron a formar parte de la colección de los Uffizi en 1738, gracias a una donación de Anna Maria Luisa de Médici y que hasta ahora habían sido expuestas al público de forma parcial en dos ocasiones, en 1865 y en 1993; el resto del tiempo han estado custodiadas en el gabinete de dibujos y grabados del célebre museo, donde podían ser consultadas solo por expertos y académicos. 

Es la tradición italiana de cuidar los interiores; Zuccari fue conocido por su Palazzo en Roma, una fachada que todavía se conserva en Via Gregoriana y que resume la belleza de la ciudad eterna “como en una taza”, en palabras de Gabiele D’Annunzio (El placer, Letras Universales). Fue conocido como Palazzeto dei Monstri (casa de los Monstruos) porque en las puertas de su jardín interior, Zaccari instaló relieves de grandes bocas monstruosas, que recordaban al Bomarzo del conde Orsini.

Tres poetas filósofos  Lucrecio, Dante, Goethe (Edición de Ferrater Mora)

La revolución digital empequeñece la aldea global, pero ofrece compensaciones. Podemos así calibrar el jarro de melancolía a distancia y a conveniencia; a esto nos van acostumbrando ya las grandes galerías, como el Hermitage, el Prado, el Louvre,  el MET de Nueva York, la Tate de Londres o el Museo Soumaya de la Ciudad de México; sin olvidar los efectos deslumbrantes de las versiones streaming lanzadas por el Ballet Bolshoi o la Ópera de París.

La Comedia es un viaje a Italia efectuado hace siete siglos que va mucho más lejos que cualquier otro intento de unir la nación con su lengua, la bella vulgata del endecasílado; además, desvela los misterios de la tradición sagrada a partir de la ficción poética. El Grand Tour descubierto cinco siglos más tarde por los románticos solo rozó de soslayo el espíritu medieval del gran poeta. Y a la hora de ejercer comparaciones resulta muy útil la propuesta de Tres poetas filósofos: Lucrecio, Dante, Goethe (Edición de Ferrater Mora), un ensayo en el que Jorge Santayana exploró el valor filosófico de la literatura a partir de La naturaleza de las cosas (Lucrecio), La Comedia (Dante) y El Fausto de Goethe.

A riveder le stelle (Mondadori)

Dante escribió en su momento lo que Bonaventura da Bagnoregio, el sucesor de San Francisco, llamó el Itinerarium mentis en Deum o el viaje a la mente a Dios. En A riveder le stelle (Mondadori), el libro en clave de novela de Aldo Cazzullo –Uffizi le ha puesto este mismo título a la actual muestra conmemorativa– se sitúa el arranque de la primera canción de la obra de Dante, que funciona como una introducción general, centrándose en el encuentro con Francesca da Rimini, el personaje más conocido. 

La Comedia es un viaje iniciático pero también es un itinerario geográfico a través del país transalpino, lo que le ha permitido al autor de esta novela autoproclamarse guía, ponerse (¡es inequívocamente excesivo!) en el lugar de Virgilio camino del Infierno, junto al poeta. Utilizado por los comisarios florentinos de la muestra, Cazzullo fabula pero no engaña y se reconoce en deuda con obras como Viaggio nel paese della Comedia (La nave di Teseo) de Giulio Ferroni o Il cammino con Dante (Saggi) de Franco Nembrini. En cualquier caso, la aportación más autorizada fue en su momento la de Benedetto Croce: “Nadie en su época buscó con pasión tan intensa conocer todo lo conocible”.

Viaggio nel paese della Comedia (La nave di Teseo) de Giulio Ferroni

Esta exposición virtual inaugurada en los Uffizi refleja el viaje que empieza en Rimini, el verdadero “ombligo de Italia” (dice Cazzullo, oriundo de la misma ciudad), el escenario de amor y muerte de los amantes Paolo y Francesca da Rimini. Aunque se aleje de las láminas de Zuccari y por tanto no se pueda ver en la muestra, merece la pena entrar en el símbolo patrio del adulterio y la lujuria, encarnado en la figura Francesca da Rimini, el drama homónimo de Gabriele D'Annunzio que inspiró la ópera de Riccardo Zandonai. 

La historia de los amantes fue ampliamente desplegada en la pintura de los prerrafaelistas y especialmente inmortalizada en una escultura de Auguste Rodin, en el marco de una fuente concebida originariamente por Dante, como la puerta del Infierno. Su entrada está en una sima situada muy cerca de Jerusalén, que desciende en vertical hasta el centro de la Tierra. Una vez dentro, el anfiteatro de los pusilánimes a orillas del río Aqueronte es solo el aperitivo; el barquero, Caronte, conduce a los condenados a la otra orilla formada por gradas cónicas circulares en cuyo centro se sienta Lucifer, con el torso en el hemisferio boreal y, de cintura para abajo, en el austral. Hay tiranos, homicidas, traidores, heréticos, violentos, blasfemos, iracundos, perezosos, sodomitas, avaros o pródigos; y resulta descorazonador ver la enorme variedad de pecadores arrepentidos custodiados por monstruos, como Gerión, y animales como los centauros, las arpías y minotauros. 

l cammino con Dante (Saggi) de Franco Nembrini

Las láminas de la muestra han sido digitalizadas en alta definición y expuestas en  un recorrido en el interior de la Galería, lo que facilita su comprensión. El cráter intelectual del desarrollo museístico de Dante en los Uffizi desvela a un núcleo al que pertenecen por igual Zuccari, D’Annunzio o el mismo Cazzullo, cada uno en su momento histórico. Las ilustraciones formaron parte en el pasado de un volumen en el que a la derecha se mostraban los dibujos y a la izquierda los versos de Dante a los que correspondían, acompañados de un breve comentario del propio pintor, Federico Zuccari.

Puede decirse que ahora, en este 2021, la necesidad de difusión “ha desarrollado el libro en imágenes para ponerlo al alcance de todos”, en palabras de Eike Schmidt, director de la Galería florentina. En un momento de tristeza, a causa de los zarpazos del Covid, los Uffizi muestra la soltura de una respuesta que democratiza el arte y expande la belleza en un aniversario dantiano, que además coincide con un año explícitamente dantesco, a causa de pandemia y de la barbarie política.

Rodin hell gates

La puerta del Infierno, de Rodin

Dante escribió en primera persona su viaje al infierno, el purgatorio y el paraíso realizado en 1300, cuando el autor acababa de cumplir los 35 años. El trayecto duró una semana: empezó el 25 de marzo de aquel año y terminó el miércoles 30. Completó su itinerario acompañado por tres guías: Virgilio, desde el infierno a la cima del purgatorio; Beatriz, desde el Edén al Empíreo, y San Bernardo, que le condujo a la visión divina. 

Los destinos de los hombres y mujeres, narrados en La Comedia, reflejan los errores y los aciertos en vida de sus protagonistas. El profesor de la Universidad Pompeu Fabra José María Micó, autor de la traducción canónica de la obra, la califica como el ejemplo antiguo de lo que hoy se conoce como una obra de autoficción. Queda por resolver lo irresoluble: la divergencia moral entre el poeta de la Cristiandad y los viajantes anteriores –desde Ulises a San Agustín– a lugares tan limítrofes, como el Averno, movidos por la aventura y por la piedad. En cualquier caso, Dante puede con todos. Va más allá. Realiza “un viaje que va de la materialidad a la inmaterialidad”, escribe Micó en el prólogo de su traducción de la Comedia (Acantilado). El forjador del dulce estilnovo (expresión toscana), junto a Guido Cavalcanti, Lapo Gianni o Cino da Pistoia, se estableció como la figura central de la cultura occidental

Edición de Comedia de J.M. Micó

Edición de Comedia de J.M. Micó

Para certificarlo, Borges nos dejó, no hace mucho, una de sus sutiles memorias: “Dante es el arquetipo del mundo occidental porque, mejor que cualquier otro clásico, su obra magna resume y condensa las formas ideales de una cultura y una civilización”. El escritor argentino proclamó tres direcciones de la influencia latina sobre el conocimiento de alma humana: Dante o la beatitud, Bocaccio o contra el candor y Petrarca o los sentidos.

Beatriz, platonización de la Cristiandad, permanece. Aldo Cazzullo, inspirador de la muestra actual en los Uffizi, nos recuerda en el trigésimo cuarto y último canto del Infierno que el poeta sale de las profundidades con un deseo incontenible de “ver las estrellas de nuevo”: A riveder le stelle, el citado título de la muestra actual. Cierra el radio de influencia de unos cantos que han mantenido por más de siete siglos la eterna juventud de La Comedia: “La poesía de Dante está dirigida a generaciones de lectores y, por lo tanto, también habla de nosotros, del tiempo que nos reserva el destino”.