Matsuo Bashō pintado por Hokusai

Matsuo Bashō pintado por Hokusai

Poesía

Matsuo Bashō, el japonés errante

El gran poeta nipón, inventor e indeclinable maestro del género poético del ‘haiku’, es protagonista de sendas traducciones publicadas por Pre-Textos y El Gallo de Oro

19 junio, 2020 00:10

Nunca, desde Juan José Tablada, dejó de interesar el haiku en el ámbito de nuestra lengua. Su ramalazo exótico traído por un viento oriental ha demostrado con creces su atractivo, y últimamente es muy cultivado, como todas las formas breves, no se sabe si por mor de la pureza y concisión o por pereza y concesión a la prisa. Hay muchas definiciones de haiku, pero una a la vez poética y burlona es esta del último libro del brillante Felipe Benítez Reyes, cuyo título, El intruso honorífico. Prontuario enciclopédico provisional de algunas cosas materiales y conceptuales del mundo, es más largo que la propia cita que aquí nos interesa extraer: “HAIKU. El triple salto mortal de una ranita japonesa sobre el estanque inmóvil de un pequeño pensamiento”. 

La bibliografía es cada vez más nutrida en lo que hace a estudios y traducciones, pero son también copiosos los poemas de nuevo cuño que incursionan en esta forma. Acaba de vez la luz un número monográfico de la revista Ínsula dedicado a este género, coordinado por uno de sus mejores conocedores entre nosotros: el poeta Josep M. Rodríguez. En esas páginas hay ensayos de Fernando Rodríguez-Izquierdo y Vicente Haya, insoslayables autoridades en la materia, pero también un texto de Susana Benet, una de las máximas cultivadoras en nuestro país, y un apretado sumario de iluminaciones, pistas, reflejos.

Insula, haiku

Portada de la revista Ínsula dedicada al género del 'haiku'

Uno de los colaboradores es José Luis Morante, que se ocupa del haiku actual en nuestra literatura, no en vano él mismo lo ejecuta como acaba de demostrar exitosamente en A punto de ver (Polibea), donde se aparta del canon en un rasgo heterodoxo que, no obstante, muchos siguen, y en cierta intromisión del yo; pero consigue ejemplares tan excelsos como este que se titula “Internado” y dice así: “Me contagiaron / las paredes del claustro. / Rezumo frío”.

José María Bermejo firma el artículo “Traducir haiku”. Abundan las traducciones del más omnipresente autor del género, Bashō. De él conocíamos desde hacía mucho Sendas de Oku, en la versión española de Octavio Paz y Eikichi Hayashiya, varias veces reeditada. Antonio Cabezas publicó en Hiperión (editorial que ha prestado especial atención a la literatura nipona) Senda hacia tierras hondas. Y hace pocos años Jesús Aguado ofreció, optando por un título alternativo, De camino a Oku y otros diarios de viaje, pues fue en el curso del deambular del japonés errante como surgieron sus pequeños trípticos, sus tréboles, acompañados de una sucinta prosa narrativa.

Hoguera y abanico, Matsuo Bashō : PRE TEXTOS

Matsuo Bashō (1644-1694) fue un influyente poeta, maestro de muchos discípulos.  Lejos del culteranismo y del conceptismo, del alambicado barroco, Bashō optó por la sencillez, que desarma en Oku-no-Hosomichi, el citado libro viajero. Hoguera y abanico. Versiones de Bashō, de Ernesto Hernández Busto (Pre-Textos) es la penúltima transformación. El escritor y traductor cubano asentado en Barcelona presenta una edición muy completa de unos 250 haikus, que se pueden disfrutar en la escritura kanji y la transcripción romanizada, para percibir sus características fónicas. El esquema métrico es fiel al 7-5-7 del original, y Hernández Busto aporta comentarios y notas, además de un grupo de rengas (composición colectiva que practicó en alguna ocasión Paz con otros).

En su introducción deja explícito su propósito: “La idea fue siempre que esas versiones funcionaran como poemas en español, que el resultado final siguiera siendo poesía. Por esa razón, he preferido conectarme con la tradición de poetas que traducen a poetas: por mucho que algunas versiones de Octavio Paz, José Emilio Pacheco, Robert Hass, Paulo Leminski, Augusto de Campos, Cid Corman, Gary Snyder, Sam Hamill o David Young nos parezcan imprecisas o incompletas, siempre hay siempre en ellas algo de fulgor, de tensión verbal”. 

Poesía completa, Matsuo Bashō : EL GALLO DE ORO

La última traducción ha aparecido en El Gallo de Oro y la firma Beñat Arginzoniz. Se ofrece aquí por primera vez completa en español toda la obra poética de Bashō (la conocida, la inédita y las variantes). En su introducción escribe: “la polisemia interpretativa es un elemento básico en el haikú japonés. De modo que sólo un poeta puede realizar con éxito este trasvase, consiguiendo una mejor afinación de la palabra y dejando el poema abierto como una rosa para que su latido pueda ser sentido por todos”. También señala el traductor que “aproximadamente 700 haikus de estos 1.012 que ofrece esta edición de su poesía completa no han sido nunca antes volcados al castellano”.

¿Versiones? ¿Traducciones?  Cuando no se sabe japonés y se parte de traducciones a otras lenguas para elaborar las propias no cabe sino hablar de lo primero. Pero lo mismo, inversamente, se podría decir de quien no domine el verso y se ciña a una engañosa literalidad, aun conociendo el idioma. ¿Realmente se puede traducir poesía sin mantener la tensión del verso? “No sigo el camino de los antiguos, busco lo que ellos buscaron", escribió Bashō. Así, con el traductor, que no debe limitarse a seguir las pisadas estrictamente gramaticales sino mirar más lejos.