Libros relacionados con la Generación Beat

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Manuscritos

El budismo 'beat' y el 'American way of life'

Las figuras femeninas de Diane di Prima y a Leonore Kandel ejemplifican la intensa influencia que tuvieron las religiones orientales y las culturas alternativas en la California de la 'contracultura'

10 mayo, 2023 12:25

Me proponen que escriba un artículo sobre la espiritualidad y la Generación Beat. Es un buen tema, pienso. Podría incluir a Diane di Prima y a Leonore Kandel, respondo en el mail. Mi trabajo de fin de Máster en Traducción Literaria fue sobre Di Prima, la budista más devota de la generación beat. Me entusiasmo.

Sin embargo, enseguida aparece un sutil abatimiento; la sensación de estar ante una misión imposible. El tema daría para un buen puñado de tesis doctorales. El desafío, entonces, es trazar solo uno de los mapas posibles, seguirles el rastro a algunos de los y las poetas que incorporaron, tanto en su obra como en su vida, diversas tradiciones espirituales. Sus encuentros encadenados. Sus búsquedas en común.

Si bien es cierto que en algunos casos el budismo aterrizó en la Costa Oeste de Estados Unidos de forma más superficial o estereotipada; en otros, ofreció sorprendentes condensaciones culturales, acompañadas de exploraciones y prácticas militantes que poco se parecen a la auto salvación individualista y licuada del New Age del siglo XXI.

Lejos de funcionar como una forma de evasión, este giro hacia la espiritualidad marcó un espíritu de la época. No se trataba de un modo escapista de sobrellevar la hostilidad de la posguerra y el auge del consumismo, sino de formular un estilo de vida basado en la desobediencia, la autogestión y la colectividad. En este contexto, las ideas de vacuidad, desapego y compasión adquirieron una dimensión subversiva, como alternativa a la imperante cultura del consumo.

La cultura de la Beat Generation / DANIEL ROSELL

La cultura de la Beat Generation / DANIEL ROSELL

El budismo, entre otras muchas tradiciones, vino a proveer a esos jóvenes artistas de los años los cincuenta y sesenta de unos principios menos egocéntricos y más ecocéntricos. A través de la experimentación, la creación artística y la búsqueda espiritual, buscaban dejar atrás el dualismo y el antropocentrismo arraigados en la cultura occidental.

Además del ferviente activismo antimilitarista que caracteriza a esta generación, muchos de ellos adoptaron la práctica de la meditación del budismo zen, en un intento de evidenciar la precariedad de la construcción mental del yo. Según esta tradición, los seres humanos son considerados como una de las partes del mundo —un miembro más de una comunidad animada e inanimada— y no como el centro de éste.

Si bien la posición casi icónica de Jack Kerouac en el mundo literario estaba más que afirmada en la década del cincuenta (publicó On the road en 1957), su lugar de escritor y practicante budista, tardaría un poco más en llegar. Esa road story de autoestopistas no solo le proporcionó una fama súbita y desenfrenada, sino que generó un imaginario contundente de los aspectos más divertidos y salvajes del estilo de vida beat.

En cambio, otros libros como The Dharma Bums, The Subterraneans, The Scripture of the Golden Eternity y Mexico City Blues, tal vez más desconocidos, revelan la importancia de una cosmovisión oriental que sacudió tanto los principios como la obra de este beat católico y nacionalista. Son textos en los que aparece una clara voluntad de abrir nuevos caminos y formas de existencia, en el seno de una generación desorientada, marcada por la confusión de los años de la Guerra Fría.

William Burroughs y Jack Kerouac

William Burroughs y Jack Kerouac

Kerouac era un "amante apasionado del lenguaje", tal y como lo describió Henry Miller. En su escritura abundante, sincopada y vertiginosa, latía el ritmo del bebop y de la psicodelia, pero su deseo —o tal vez, su mayor desafío— era la búsqueda del silencio; una de las enseñanzas principales del budismo. En una carta a su esposa Edith Parker escribió: "Escucha el silencio dentro de la ilusión del mundo y recordarás la lección que olvidaste". Y en uno de sus haikus: "El sonido del silencio/ es toda la instrucción/que recibirás".

Gary Snyder estuvo más de una década, yendo y volviendo de Japón (adonde fue a estudiar budismo y a integrarse en la vida monástica). Durante este período se mantuvo en contacto con Kerouac a través de cartas y llamadas telefónicos. Kerouac, cada vez más consumido por el alcoholismo, le escribió que él era su última esperanza y que necesitaba un poco de su alegría y su apertura natural de monje budista.

Desde que se conocieron, tal y como le había sucedido con Neal Cassady (en quien se inspiró para escribir el personaje de Dean Moriarty de On the road), Snyder también se convirtió para Kerouac en un alma gemela e inspiración para el personaje de Japhy Ryder; el poeta zen, inmortalizado en su libro The Dharma Bums. Este álter ego de Snyder representaba a la contracultura ecologista del movimiento hippie y se rehusaba a quedar atrapado en "un sistema de trabajo, producción, consumo, trabajo, producción, consumo", en palabras del propio Ryder.

Gary Snyder, además, como intelectual, fue más allá del debate político de la época (comunismo versus capitalismo): entendía el anarquismo como una filosofía no violenta de autogestión y comunitarismo. Y aún hoy, desde su casa de Kitkitdizze, California, escribe y vive desde esa premisa budista que se propone la liberación del sufrimiento, a través de la renuncia al exceso de deseo, tanto de bienes materiales como de certezas epistemológicas. 

En el prólogo de su Viaje por la India, escribe: "Honro a la India por muchas cosas. Pero, sobre todo, el espectáculo de una gran civilización que une arte, literatura y ceremonia sin imponer una versión estrecha de sí misma sobre cada tribu y aldea".

Poesia Beat / BUENOS AIRES POETRY

Poesia Beat / BUENOS AIRES POETRY

En su poemario Myths and Texts, ya aparece el mundo de las tradiciones nativo americanas como materia prima. Y en Turtle Island (La isla de la tortuga, reciente e impecablemente editado en España por Kriller71) recupera el mundo mítico nativo americano —el propio título del libro alude a los mitos de creación de varias de estas culturas en los que la tierra se sostiene sobre el caparazón de una tortuga—.

Danger on Peaks (2004) muestra hasta qué punto Snyder ha impregnado su obra de los conceptos centrales del budismo, como el vacío, el desapego, la compasión, la forma, la voluntad y la consciencia pura. En la primera parte de esta compilación de poesía y narrativa aparecen sus excursiones a la montaña desde los trece años y a lo largo de toda su vida. En 'The Climb', incluido en esta sección, aflora la idea de la pequeñez absoluta ante la inmensidad del mundo natural, como en los célebres versos de ascenso de Kobayashi Issa: "Al Fuji subes/ despacio —pero subes,/caracolito" (aquí en traducción de Octavio Paz).

Snyder se había ido a Japón a estudiar zen en mayo de 1956. Ese verano, siguiendo sus sugerencias (y sus pasos), Kerouac pasó dos meses en completo aislamiento, trabajando de guardabosques en Desolation Peak, al sur de la frontera con Canadá. Aún se puede visitar, después de una ardua caminata con impresionantes vistas, el destartalado puesto de vigilancia donde pasó 63 días. La experiencia de ese verano de soledad y contemplación se recoge en The Dharma Bums, Lonesome Traveler, Desolation Angels y en una colección de haikus ('The Desolation Pops').

Fue en San Francisco, su ciudad natal, el 7 de octubre de 1955, donde Gary Snyder leyó A Berry Feast; un ecopoema con un tono decididamente lúdico, en el que el tradicional festival de las bayas es protagonizado por coyotes y osos antropomorfizados. El texto está construido sobre el concepto de samsara que proviene de las religiones nacidas en la India y se refiere a una forma de existencia cíclica ligada al nacimiento, la vida, la muerte y el renacimiento. Las bayas tienen muchas vidas: crecen, maduran, son el alimento de humanos, pájaros y osos, y luego se dispersan para volver a crecer en otros lugares y repetir el ciclo.

Pero Snyder no fue el único poeta que incorporó ideas libertarias y nociones de espiritualidad en la literatura beat. En esa legendaria lectura de poesía de la Six Gallery, también estaba el neoyorkino Allen Ginsberg que presentó Howl, texto censurado y sometido a juicio por obscenidad.

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El despertar espiritual de Ginsberg había comenzado con un largo viaje a la India (1962 y 1963) junto a su pareja, Peter Orlovsky, al que luego se unirían la poeta Joanne Kyger y su compañero, el mismo Snyder. Los Diarios de Japón y la India 1960-1964 de Kyger son un entreverado de los quehaceres domésticos de aquellos días, el viaje, la práctica del zen y la búsqueda de una identidad como escritora.

Pocos años más tarde, en 1968, miles de activistas se dieron cita en Chicago para protestar contra la guerra de Vietnam, la pobreza y el racismo. En el afamado juicio de Los siete de Chicago, en 1969, después de la brutal represión policial a aquella manifestación, Ginsberg, que estaba allí en calidad de testigo favorable a la defensa, se puso a cantar el hare krishna y a entonar el om budista, cuando se le pidió que explicara sus búsquedas espirituales y su experiencia con la meditación.

En la obra de Allen Ginsberg encontramos, además, una poderosa influencia de la tradición exegética judía. El kadish, una plegaria para los difuntos que se reza en público, adopta la forma de un extenso poema narrativo que Ginsberg le dedica a Naomi, su madre. Este poema-oración fúnebre es, tal vez, la obra más espiritual del poeta. Con un tono profundamente confesional, aborda el tema de la salud mental de su madre, que murió recluida en un hospital psiquiátrico.

Ginsberg había conocido, por casualidad, a Chögyam Trungpa Rinpoche en las calles de Nueva York. Este maestro de meditación de la escuela Vajrayana se convirtió en su amigo y referente para toda la vida, y junto a Anne Waldman fundaron en 1974 el Naropa Institute (hoy, Naropa University), la primera universidad occidental de inspiración budista.

Fue en esta institución, en Boulder, Colorado, donde Diane di Prima enseñó poesía en el marco de la Jack Kerouac School of disembodied Poetics, un programa en el que, hasta el día de hoy, se contempla tanto el plan de estudios literarios como las prácticas de escritura contemplativa.

Diversos estudios, como el imprescindible Diane di Prima: Visionary Poetics and Hidden Religious de David Stephen Calonne, dan cuenta del vasto sistema esotérico y religioso que nutre la obra y la pedagogía de esta autora fundamental. Di Prima, que también venía del centro de la vanguardia neoyorkina de los cincuenta, hacía obras de teatro experimentales, a partir del I Ching, dejándose guiar por el azar y las mutaciones. Sus piezas podían actuarse de forma distinta cada vez, sin dirección escénica.

Además, en su obra literaria, combina diversas tradiciones culturales. En The Mysteries of vision: Some notes on H.D., por ejemplo, Di Prima describe un encuentro con Azarel, arcángel de la muerte para los judíos y musulmanes. Aquí, se narra el deseo de ingresar, radicalmente, en una concepción del individuo basada en el potencial espiritual.

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Di Prima fue una fervorosa practicante budista hasta sus últimos días. Estudió con Suzuki Roshi, Trungpa Rimpoche y Lama Tarchin, entre otros. Después de sus comienzos en el movimiento beat en Nueva York y su posterior transición a la cultura hippie de los años 60, en California, practicó meditación durante más de sesenta años y tradujo textos sánscritos y tibetanos.

En la década de 1980, fundó el Instituto de Artes Mágicas y Curativas de San Francisco (SIMHA), donde enseñaba tradiciones espirituales occidentales. En 'Loba', su poema épico, escrito a lo largo de más de 30 años, creó su propio mapa de diosas de la mitología. Las tradiciones esotéricas y su curiosidad por la mística se ven reflejadas no solo en su obra, sino también en su propia vida: celebraba todas y cada una de las festividades paganas, como los equinoccios y solsticios, en lugar de guiarse por el calendario gregoriano.

Cuando empezó a estudiar budismo, a escribir poesía y a criar a su primera hija, conoció a Anne Waldman, que tenía solo diecisiete años.

A Waldman —performer, poeta y activista— tuvimos el lujo de tenerla hace pocos meses recitando en el CCCB, en el contexto de la Bienal de Pensamiento. Su obra y su vida también están fuertemente influenciadas por el budismo tibetano: como tantos otros compañeros de generación, viajó a Asia y desde principios de los años sesenta, se interesó por esta doctrina filosófica y espiritual. Una década después, empezó a estudiar budismo con Chogyam Trungpa Rinpoche, junto a Allen Ginsberg, quien se refería a ella como su esposa espiritual.

En sus textos, también aparece la interrogación acerca de las prácticas e ideas de la tradición budista. Los primeros versos de 'Pratitya Samutpada' son una pregunta que nos interpela, pedagógicamente: “¿Conoces, amigo mío, esta expresión/ que habla del común origen e interconexión/ de todo lo vivo?” en un intento de adentrarnos en este principio según el cual todos los fenómenos físicos y psíquicos de la vida individual tienen relaciones de interdependencia y de condicionamiento mutuo.

O en otro de sus poemas, 'Por qué meditop, un poema-lista, una respuesta a Ginsberg, en el que aparecen razones tan disímiles para sentarse a meditar como “medito porque estoy alada de asombro, medito porque en los ochenta la escena poética estadounidense se volvió amarga, medito porque Milarepa meditaba, medito para escandalizar, me siento a meditar porque acostada no lo soportaría, me siento a meditar porque la pasión me consume, me siento porque soy una paranoica acelerada”, entre otras.

En este contexto, la poesía de Leonore Kandel, otra de las poetas beats, supone un gesto audaz que busca tender puentes entre lo sagrado y lo sexual, entre la religión y el erotismo.

A los doce años, Kandel decidió iniciarse en el budismo y en el oficio de escribir. En 1959, empezó a practicar zazen, la meditación zen; una práctica de despojamiento, caracterizada por la búsqueda del satori (una palabra japonesa que se puede traducir como iluminación o no-mente). Un año después, ya se había mudado de Nueva York a San Francisco, donde estudiaría con Shunryu Suzuki Roshi y viviría en una cooperativa (East-West House) iniciada por Gary Snyder y otros estudiantes de zen.

Un grupo de 'beatniks' en un bar de San Francisco

Un grupo de 'beatniks' en un bar de San Francisco

Amiga íntima de Diane di Prima, Kandel militó junto a ella en el Grupo de los Diggers, una comunicad contracultural de San Francisco nacida de un grupo de teatro de calle y activa entre 1966 y 1968, que defendía una sociedad sin propiedad privada y libre de intercambios comerciales.

Su obra, como pasó con otras y otros beats, generó controversia. The Love Book, que fue declarada por un jurado como libro obsceno, se trataba para ella de "erótica sagrada". Frente a un escandalizado juez, se defendió, aclarando que las únicas palabras obscenas que podían existir eran odio, bomba y guerra; y no sexo y espíritu; ambas, según ella, parte de la naturaleza e igualmente divinas.

Vaciarse del ego no fue, para esta generación, una simple consigna, una apropiación cultural o una usurpación de elementos exóticos, sino que funcionó como un precepto con fuertes resonancias políticas, en el contexto de una sociedad meramente individualista. Generar literatura, pensamiento y prácticas sociales que reconsideren el modelo social estadounidense de posguerra, basado en el individualismo y la explotación de los recursos naturales, fue un modo de oponerse radicalmente al american way of life.