Karl Kerényi, imágenes de la Grecia clásica
El ensayista centroeuropeo indaga en la esencia de las religiones antiguas a partir del estudio de los arquetipos míticos de Prometeo, Asclepio y los Cabiros, dioses telúricos de Samotracia
27 noviembre, 2022 19:05Los héroes griegos han sido objeto de una atracción profunda por parte de la psique colectiva, un trabajo difícil que no resulta sencillo de analizar. Uno de los mayores eruditos religiosos más importantes del siglo XX y un especialista de la mitología griega fue el autor húngaro, Karl Kerényi. Nacido en la ciudad rumana de Temesvár en 1897, estudió filología clásica en la Universidad de Budapest y fue profesor en Hungría hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando debió huir para exiliarse en Suiza a principios de los años 40. El autor fue un estudioso que, más allá de su vocación académica, compartió ideas con su gran amigo de Carl G. Jung, con quien escribió Introducción a la esencia de la mitología.
En sus años de exilio en la ciudad de Ascona, su productividad académica e intelectual avanzó, al escribir infinitos escritos y ensayos sobre el mito. En sus estudios sobre el concepto, puso gran empeñó en distinguirlo de la mitología, ya que, esta última, se encuentra en el origen del primero, desarrollando así un método original y multidisciplinar que se valió de los resultados de la historia de las religiones y de la etnología, así como de los instrumentos filológicos. Kerényi entendía al mito griego como el "mito del hombre", en el sentido de ser creado por el hombre en torno al hombre, y pensaba en la mitología –en la narración del mito– como algo autónomo y no completamente reducible a consideraciones sociológicas o antropológicas, pero tampoco a arquetipos o colectivos inconscientes junguianos.
Para seguir ahondando en el nicho de los estudios del autor, en esta rentrée la editorial Sexto Piso ha compilado cuatro ensayos en uno: Imágenes primigenias de la religión griega, que está compuesto por los textos donde se estudian El médico divino, Misterios de los cabrios, Prometo; y Hermes, conductor de almas. Aunque la compilación no posee un prólogo que invite a entender el por qué de esta unión más allá de un tema práctico o de mercado, el público lector del especialista helénico agradecerá esta nueva reedición práctica. Para Kerényi estos estudios venían dados por “la indagación en aquello que constituye la esencia de la religión antigua”, especificando que es “un camino entre muchos para llegar a una imagen fiel al estilo de la cultura clásica”.
En el ensayo El médico divino se exploran observaciones histórico religiosas estrechamente relacionadas con la historia de la medicina y, en especial, la figura de Asclepio. Según el autor, para conocer al dios de la medicina, hay que acercarse a sus lugares de culto y a su mitología, entender cómo los griegos veneraban a Apolo, el propio padre de Asclepio; a Quirón, su profesor y, a su hijo, Macaón. En este ensayo se produce una investigación a partir de un proceso arqueológico psicológico, revisitando la figura de Asclepio desde su polaridad: herir y ser herido o curar y ser curado. El misterio de este dios de la sanación tiene que ver con los conceptos de vida a partir de la muerte, o mucho más obvio, de la luz a partir de la oscuridad. En la frontera entre la vida y la muerte no solo hace el auxilio médico, sino también la manifestación de un dios. El alivio del cuerpo es, también, el encuentro con lo divino.
El siguiente ensayo está dedicado a Hermes, conductor de almas o el heraldo de los dioses. Para el autor, Hermes es un “todo no resuelto” y nos lleva a comprender cuál era su rol para los griegos, tanto en la tradición clásica, a través de su presencia en La Ilíada y La Odisea o, en otros espacios especulativos como su comunicación entre la vida y el inframundo. Para narrar este aspecto metafísico, Kerényi utiliza las relaciones de Hermes con las diosas, en especial con Afrodita, con Eros y el silencio, o su posible existencia como cabiro originario y cuarto elemento dentro de la tríada Demeter, Perséfones, Hades. En este ensayo profundiza en las relaciones de Hermes con Eros y Afrodita y, en los rasgos de hermafroditismo en el dios, que quizás demostraron una atención a los aspectos psicológicos más dudosos del mito, estudio que pudo haber contribuido a que el estudioso nunca pudiese dar clases en las universidades suizas.
Misterios de los Cabiros es el tercer capítulo de las Imágenes primigenias de la religión griega. Los Cabiros, esas deidades telúricas propias de Samotracia, poseen gran valor en los estudios mitológicos porque dichas deidades guardan y revelan un secreto único, misterio. El término Mysteria”no sólo tiene que ver con fiestas realizadas de acuerdo con el calendario ceremonial –primavera y otoño–, sino existía otra acepción aun más obvia: aquello que es mantenido en secreto. Para los guardianes del misterio, el origen de la vida era en esencia femenino, dándole prioridad a la fertilidad de la mujer y, haciendo que el hombre, que generalmente de origen violento, pudiera ser fuente de vida. Es entonces cuando lo masculino debe de pasar por una metamorfosis, a partir de su unión con lo femenino, para crear así una nueva forma de humanidad.
El último capítulo del libro está dedicado a Prometeo. La historia del dios es conocida por muchos: aquel que robó el fuego del cielo y se lo concedió a los hombres, para luego ser castigado al encadenarlo a una roca hasta que Hércules lo libera. Prometeo representa la imagen arquetípica de la existencia humana, el destino de la humanidad, que es cantado por los poetas en la tradición romántica, en especial por Goethe, quien nos llevará a experimentar los mitologemas, durante largo tiempo extraviados, como el arquetipo de lo humano: la transformación del sufrimiento en el misterio del sacrificio.
“La paradoja en torno a Prometeo se inicia a partir de representar a la humanidad, cuando como dios padece injusticias, martirios y humillaciones –signos característicos de la existencia humana–“, afirma Kerényi, y lo compara con la universalidad del credo cristiano y la divinidad de Cristo. La historia de Prometeo se revisita para entender la creación de los mitos como reflejo de la función arquetípica, tratando así de descubrir cómo esta historia primigenia fue llevada por una fatalidad universal, por primera vez en la imaginación griega, y luego pasando a la tradición occidental con la poesía romántica.
Un ensayo didáctico sobre mitología, disciplina apasionante para los mitólogos y para quien desee acercarse a los cultos arcaicos de la Antigua Grecia.