Marcelo Gullo, historiador y consultor en relaciones internacionales, autor de 'Madre Patria' y 'Nada por lo que pedir perdón' / MG

Marcelo Gullo, historiador y consultor en relaciones internacionales, autor de 'Madre Patria' y 'Nada por lo que pedir perdón' / MG

Historia

España ante la Hispanidad: "Nada por lo que pedir perdón"

El historiador Marcelo Gullo desafía lo 'aprendido' y 'difundido' para acusar a las grandes potencias de haber propagado la "leyenda negra de España" sin fundamento

11 octubre, 2022 21:00

Una bomba intelectual en el día de la Hispanidad. “Nada por lo que pedir perdón”. Esa es la máxima del historiador argentino Marcelo Gullo, que acaba de publicar un libro con ese mismo título, Nada por lo que pedir perdón, la importancia del legado español frente a las atrocidades cometidas por los enemigos de España (Espasa), en el que el lector debe ‘desaprender lo aprendido’ para poder apreciar la propia historia de su país. Hay datos, citas, bibliografía, y un interés claro y directo en “desenmascarar” a los que, durante siglos, crearon una visión deformada de España.

Hoy es 12 de octubre. Y en los últimos años la fecha ha servido para avivar un sentimiento contrario a la celebración de la Hispanidad, al considerar muchos colectivos indigenistas y de izquierda que lo que ocurrió en los países americanos fue un genocidio. Marcelo Gullo Omodeo camina en dirección contraria. Doctor en Ciencia Política por la Universidad del Salvador (Buenos Aires), es ‘magíster’ en Relaciones Internacionales, con la especialidad en Historia y Política Internacional por el Institut Universitaire de Hautes Études Internationales de la Universidad de Ginebra, y, entre otros campos de investigación, se ha centrado en cómo las grandes potencias occidentales construyeron sus mitos fundacionales. Y para ello, en el caso del Reino Unido, Holanda o Estados Unidos, países protestantes, era básico ‘pintar’ a España como una potencia ‘negra, católica y despótica’.

Portada del libro de Gullo. 

Portada del libro de Gullo. 

Gullo se aferra a los hechos, a las interpretaciones también de historiadores latinoamericanos, a los documentos en los archivos y a una idea que, justo ahora, es sospechosa: ¿se puede defender un cierto patriotismo, sin caer en un nacionalismo cerril, en un momento en el que la derecha en toda Europa reivindica la identidad? Gullo se defiende a través de su libro, que es la continuación de ‘Madre patria’, también editado por Espasa.

Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia y miembro numerario de la Real Academia Española, ahonda en ese debate en el prólogo de Nada por lo que pedir perdón:

 “No se trata de superioridades o de inferioridades de unos u otros, sino de mostrar una objetiva historia comparada en la que han ocurrido brutalidades y sangre, y también hechos valiosos, generosos y civilizatorios que, en el caso de España y América, en los tres siglos de existencia de la Monarquía Hispánica, quedan sepultados bajo las afirmaciones fáciles generalizadoras de una barbarie que condena sin apelación tres siglos de Historia. El desconocimiento de una compleja historia común que nos honra, la ‘malicia’ que la lucha política utiliza sin ofrecer detalles, la tendencia humana para conseguir la supremacía del poder y destruir la reputación del ‘enemigo’ como sea –la propaganda ha existido siempre—se agravan aún más cuando sectores significativos entre los propios españoles creen esas generalidades falseadas y las asumen con cierta resignación y auténtico complejo de inferioridad”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador / EFE

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador / EFE

En Latinoamérica, además de en la propia España –por parte de la izquierda y de los nacionalismos periféricos— la idea del perdón es generalizada. Lo señaló el presidente de México, Manuel López Obrador, al considerar que sería bueno que España pidiera ese perdón por su pasado en el continente. Y la Hispanidad, el encuentro entre Europa y América, marcado por ese 12 de octubre, cuando arriba el almirante Colón, avalado por los Reyes Católicos, no ha dejado de ser vilipendiada en los últimos años. Las estatutas de Colón se han derribado en muchos puntos de América, como en Barranquilla, en Colombia, al grito de Colón asesino.

Marcelo Gullo no niega la violencia o el derramamiento de sangre. Lo que apunta es que fueron las potencias internacionales las que proclamaron el discurso de la leyenda negra con intereses económicos y comerciales. Y que la historia colonial de Inglaterra, Holanda o Estados Unidos es mucho más cruel, sin que nadie haya colocado a esos países en la balanza más negra de la civilización, algo que, a su juicio, sí se hace con España.

Fray Toribio de Benavente

¿Qué ocurrió? Uno de los responsables es Bartolomé de las Casas, “un mercenario disfrazado de sacerdote”. Porque, ¿qué mundo encontraron los españoles? “América, antes de 1492, se asemejaba más al infierno que al paraíso, pues reinaban en el Nuevo Mundo los sacrificios humanos, el canibalismo, la esclavitud, el machismo y la prostitución”. El punto de partida, por tanto, es diferente al hasta ahora asumido. “Lo que hay en Mesoamérica es una nación opresora (los aztecas) y decenas de naciones oprimidas”. Lo que plantea Gullo, por tanto, es considerar a los ‘conquistadores’ españoles de otra forma muy distinta. ¿Fue Hernán Cortés un conquistador o un liberador? El historiador argentino no tiene duda, y lo ve en esa segunda categoría.

La figura de De las Casas es clave, porque sus libros sirven a potencias como Inglaterra para desacreditar a España, justo cuando trata de apoderarse de las rutas comerciales españolas. Al sacerdote, Gullo contrapone la figura de los llamados ‘doce apóstoles del Nuevo Mundo’, un grupo de doce franciscanos que evangelizaron México, vivieron junto a los indios, aprendieron su lengua y compartieron sus penurias. De entre ellos, el historiador destaca a Fray Toribio de Benavente, de quien toma una carta que envía a Carlos V, en la que señala que “no tiene razón el de Las Casas al decir lo que dice, y es un mercenario y no un pastor por haber abandonado a sus ovejas para dedicarse a denigrar a los demás”. ¿Quién era, entonces, Bartolomé de las Casas? Para Gullo, “un gran novelista”.

La de Cristóbal Colón, entre las estatuas más controvertidas / CREATIVE COMMONS

La de Cristóbal Colón, entre las estatuas más controvertidas / CREATIVE COMMONS

¿Problema irresoluble? A largo de la Historia, se formó un “tribunal” formado por las grandes potencias que dirimieron quién quedaba en el rincón, al que se le podía endilgar esa “leyenda negra” que consumieron a lo largo de siglos los propios españoles. “Durante cuatro siglos, Gran Bretaña, Holanda, Estados Unidos, Francia y Alemania –sin ninguna autoridad moral—le han exigido a España que pida perdón por los supuestos pecados cometidos durante la conquista de América, cuando, en realidad, son esas naciones las que deberían hacerlo porque sus manos están manchadas de sangre”.

¿Perdón? “España no tiene nada por lo que pedir perdón porque la conquista de América fue uno de los mayores intentos que el mundo haya visto por hacer prevalecer la justicia y los valores cristianos en una época brutal y sanguinaria”. Es más: “Ese intento exitoso convirtió a España en una excepción en la historia de la humanidad porque ni antes ni después una nación se comportó de esa manera”. Y remacha Gullo: Precisamente por eso mismo, cuando el Para Francisco era el padre Jorge –en Argentina—consideraba que no había nada por lo que pedir perdón”.

La figura de Francisco Suárez

El historiador incorpora el escrito del discurso del padre Jorge de 27 de mayo de 1975, con motivo de la Celebración del Día de la Patria (25 de mayo). “Fuimos forjados por la España que, más allá de las contradicciones y los límites en la concepción histórica, nos deslumbra con sus Leyes de Indias, con las Ordenanzas de Alfaro, con la conciencia misionera de una mujer maravillosa que la historia daría en llamar Isabel la Católica. Sí, la misma que hizo devolver a Colón los indios que él había traído a Europa, porque nadie osaría tratar así a sus vasallos”. Y recuerda, el ahora Papa Francisco, al referirse a la extinción de la Compañía de Jesús, que llegaría años más tarde, por influencia de “los afrancesados borbones”, una figura clave en el pensamiento filosófico y político de la historia española y europea: “La semilla estaba sembrada: la de la fe inconmovible en el seno de la historia, una vocación de dignidad y de justicia y una enseñanza preclara acerca de la soberanía popular que repetía e inculcaba los principios de ese gran maestro y filósofo jesuita que fue don Francisco Suárez”.

Esa figura fue el corazón de la llamada Escuela de Salamanca. Súarez, reivindicado ahora, supone la recuperación de un poso cultural y filosófico que contrasta con la idea de la España negra difundida por ingleses, franceses o alemanes. Figuras dispares en distintos momentos de la historia, como Leibniz, Grocio, Shopenhauer, o Heidegger han citado a Suárez como fuente de inspiración.

Martín Caparrós, autor de Ñamérica, en la entrevista con 'Letra Global' / CG

Martín Caparrós, autor de Ñamérica, en la entrevista con 'Letra Global' / CG

La posición de Gullo irrita, porque lo ‘aprendido y asumido’ va en otra dirección. Pero el campo que pisa este historiador argentino ha comenzado a ser fructífero, porque hay una línea de investigadores que rechazan esa ‘leyenda negra’. Lo hacen con libros, y datos hallados en archivos y tras contrastar distintas fuentes. Se puede leer como si se tratara de una afirmación patriótica o nacionalista, o como un intento de separarse de la propaganda durante siglos de países que sí estaban muy interesados en dejar a España en el rincón de la historia. Claro que, al mismo tiempo, y sin que ese sea el deseo de historiadores como Gullo, puede alentar al flanco de la derecha más exaltado, como pretende hacer Vox desde su nacimiento como partido, en línea con la ultra derecha europea.

Sin embargo, el trabajo de Gullo está ahí, que incide en el movimiento indigenista, que también otros investigadores, desde campos como el periodismo –es la posición del periodista Martín Caparrós, como señalaba en esta entrevista en Letra Global—han tratado. Dice Gullo en su libro: “El movimiento indigenista se desarrolla a partir de 1810, pero no entre las masas indígenas –estas no albergan ningún sentimiento antiespañol—sino entre la élite criolla; es decir, entre los hijos, nietos y bisnietos de españoles”. ¿Conclusión? “El indigenismo es una construcción discursiva neocolonial, puesta al servicio de la oligarquía financiera internacional por los políticos e intelectuales del Foro de Sao Paulo, cuyo objetivo último es prolongar el papel secundario de Hispanoamérica en la economía internacional como simple productora de materias primas”.

Es 12 de octubre. Las aguas se agitan con fuerza. "Nada por lo que pedir perdón”, insiste Gullo. El debate ahora tiene muchos más ingredientes.